Muy pocos aficionados lo recuerdan, e incluso los más lo ignoran,
pero figura en la historia del fútbol mallorquín como el pionero
por excelencia a nivel nacional. Porque Manuel Olivares Lapeña,
nacido en Son Servera el 2 de abril de 1909, ha sido el primer
futbolista nacido en Mallorca en alcanzar todas las cotas posibles
en la época que le tocó vivir.
A saber: primer mallorquín en jugar en Primera División, ya que
en la temporada 1929-30 fichó por el Deportivo Alavés, con el que
ascendió a Primera División y jugó con los de Mendizorroza en la
máxima categoría la temporada 1930-31. Como dato anecdótico, pero
significativo de su capacidad goleadora, hay que resaltar que
Olivares, que era delantero centro, debutó en Primera División
marcando dos goles en Atocha a la Real Sociedad. Como entonces el
campeonato sólo lo disputaban diez equipos, la primera jornada de
Liga tuvo lugar el 7 de diciembre de 1930. Al domingo siguiente, en
su debut en Mendizorroza ante su propio público, el Deportivo
Alavés ganó 3-2 al Arenas de Getxo y los tres goles del equipo
local los marcó Olivares.
Estando en el Alavés cobraba 450 pesetas mensuales de sueldo y
se le pagaba además alojamiento y manutención. Con su traspaso al
Real Madrid, formando un lote en el que también estaban los
defensas Ciriaco y Jacinto Quincoces, se acabaron las penurias para
Olivares, que vestido de blanco alcanza el éxito: campeón de Liga
la temporada 1931-32 (primer título liguero en la historia del Real
Madrid, de los veintiocho que lleva conseguidos), campeón de Liga y
máximo goleador, con 16 tantos, la temporada 1932-33 y campeón de
Copa la temporada 1933-34.
En la temporada 1934-35 Olivares fichó por el Zaragoza, con el
que ascendería a Primera División la temporada 1935-36. Olivares
jugó con el equipo zaragocista en Primera División la temporada
1939-40, porque después jugó también en Primera con el Hércules de
Alicante la temporada 1940-41. Olivares finalizó su larga carrera
deportiva en el Algeciras, con el que jugaría las temporadas
1941-42 y 1942-43. Colgó las botas con treinta y cuatro años de
edad y siguió ligado al mundo del fútbol como entrenador. Dirigió,
entre otros, al Hércules, Málaga, Salamanca, Burgos, Betis y
Puertollano.
Otro timbre de gloria de Manuel Olivares es el de haber sido el
primer futbolista nacido en Mallorca en alcanzar la
internacionalidad absoluta. Olivares, militando aún en el Deportivo
Alavés, jugó el Checoslovaquia-España que se disputó en Praga el 14
de junio de 1930. Ganaron los checos 2-0. La alineación española
fue la siguiente: Ricardo Zamora; Ciriaco, Quincoces; Garizurieta,
Muguerza, Roberto; Lazcano, Goiburu, Olivares, Padrón y Gorostiza.
Manuel Olivares Lapeña murió de un proceso hepático el 16 de
febrero de 1976. Contaba sesenta y siete años de edad.
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