El Mallorca venció, convenció en Mendizorroza y ratificó la lenta,
pero segura, línea ascendente marcada en el nuevo año y que tuvo su
primer ejemplo en la goleada hace siete días ante el Athletic,
repetida hoy frente al Alavés (0-4).
El partido comenzó con 0-2 en doce minutos, en un abrir y cerrar
de ojos. Dos palabras resumen la causa de semejante desequilibrio
en el marcador: velocidad y Losada. El 'chino' fue un pillo y bajó
de las nubes a un Óscar Téllez con sueños mundialistas. En el
minuto seis, el ex del Oviedo aprovechó un desajuste de la defensa
albiazul, con el internacional del Alavés como protagonista,
batiendo a Kike con una vaselina de lujo. Todavía no se había
repuesto del susto inicial el conjunto de Mané, cuando cinco
minutos más tarde el Mallorca disfrutó de un contraataque con el
Alavés situado en una acción ofensiva. Losada se pegó a Téllez,
rompió el fuera de juego, le ganó en velocidad y dejó el 0-2 en
bandeja a su compañero Luque. Los dos puntas del Mallorca, como dos
cuchillos, penetraron de forma hiriente en la defensa menos goleada
de la Liga.
Con el 0-2, el partido cambió y el Mallorca pasó a defenderse,
mientras que el Alavés tomó la iniciativa. El descanso fue oxígeno
para el Mallorca y al Alavés le cortó el buen ritmo practicado en
el segundo tramo de la primera parte. Los de Mané perdieron la
chispa y la concentración defensiva y el equipo de Kresic fue
nuevamente incisivo y efectivo en sus aproximaciones. En el minuto
56, en jugada a balón parado, Losada repitió y anotó el tercer gol
del Mallorca, ante una raquítica defensa albiazul. Era la
sentencia. Posteriormente, Iván Alonso gozó de un remate a la
madera, pero no era el día del Alavés que vio como una dudosa pena
máxima de Geli sobre Carlos se transformaba en el 0-4, obra de
Campano.
Un abultado marcador que hacía justicia a los méritos del
Mallorca.
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