El balonmano balear necesita una operación a corazón abierto. Las
carencias que se viven en el comité arbitral han desembocado en un
malestar general. Toni Gorrias, actual presidente de la Federación,
habla de un problema heredado y anuncia soluciones de las que
recelan algunos sectores. Hace un largo año (lo de largo es el
calificativo que puso el presidente) el candidato de consenso Toni
Gorrias se hacía cargo de la presidencia de la Balear. La primera
decisión del nuevo mandatario fue convocar un curso de árbitros. La
carencia de colegiados es un cáncer para este deporte y en estas
circunstancias hay que interpretar las dimisiones de los dos
últimos presidentes del Comité de Àrbitros.
Actualmente la Federación Balear de Balonmano cuenta con doce
árbitros, aunque esta cifra es algo ficticia. Hay dos colegiados
con rango para pitar en Primera Nacional y cuatro árbitros
terrritoriales, además de seis nuevos trencillas que salieron del
curso que convocó Gorrias al hacerse cargo de la presidencia. De
los cuatro árbitros territoriales, hay dos que llevan toda la
temporada sin pitar. Un encuentro de Segunda Nacional necesita dos
árbitros de pista y un mesa, pero esta circunstancia no ha ocurrido
en toda la temporada. Hay seis partidos y con estas cifras sólo se
podrían cubrir tres encuentros. El problema se agrava porque hay
equipos ibicencos y los árbitros se tienen que mandar desde
Mallorca.
La renuncia de los dos colegiados territoriales ha provocado que
tres de los árbitros que aprobaron el curso hace un año estén
pitando partidos de categoría Nacional. Son árbitros muy jóvenes
para mediar entre dos equipos séniors. Toni Gorrias ha anunciado
que tiene previsto organizar un nuevo curso de árbitros del que
previsiblemente saldrán media docena más de colegiados. Ciertos
sectores criticaron que la iniciativa no ha sido propuesta en la
forma debida y recelan del nuevo plan.
Lo cierto es que la única solución posible parece que será
formar nuevos árbitros y esperar pacientemente que crezcan y se
piten los encuentros de categoría Nacional Autonómica según el
reglamento. Formar nuevos colegiados será complicado porque parece
además que los dos árbitros que tendrían que impartir los cursos,
Rafael Oviedo y Rafael Calafell, colegiados con categoría para
pitar en Primera Nacional, se encuentran molestos por una
resolución del Comité de Competición. Los problemas de las últimas
jornadas parece que ya no tendrán solución esta temporada.
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