José Luis Oliete renunció ayer a seguir dirigiendo al Drac Inca. La
decisión del técnico, que debe cobrar oficialidad durante las
próximas horas, abre una crisis sin precedente alguno en el seno de
la entidad. El «caso Stuckey» aparece en primera línea y como el
detonante de la dimisión del preparador aragonés. Las maniobras del
vicepresidente Joan Rubert para convencer a Kelby Stuckey de que
continuara en el equipo después de que el propio jugador comunicara
su intención de rescindir su contrato y la directiva aceptara su
marcha, han propiciado que Oliete decidiera abandonar el banquillo
del Inca.
Cronológicamente, el conflicto nace el pasado viernes. Justo al
término del partido ante el Lucentum Alicante, el pívot
estadounidense comunica a Rubert su intención de dejar el equipo.
Argumenta que anímicamente no se encuentra en condiciones "Stuckey
se vio involucrado semanas atrás en un accidente de tráfico que se
cobró la vida de un joven motorista" y el vicepresidente traslada
el tema al resto de la gestora. El sábado, en una reunión
extraordinaria, la directiva decide aceptar la marcha voluntaria de
su jugador más importante y trasmite su decisión a José Luis
Oliete, a quien también marca las pautas para el fichaje de un
sustituto. El domingo, el club reconoce públicamente que Kelby
Stuckey causa baja y que está a punto de incorporar a un nuevo
jugador.
Pero ayer por la mañana la situación dió un giro de ciento
ochenta grados y se reabre el «caso Stuckey». Rubert intenta
convencer al jugador para que siga y Stuckey acepta seguir.
Paradójicamente, el estadounidense había acudido a las oficinas del
Palau para entregar al delegado del equipo parte del material
deportivo. José Luis Oliete, contrariado ante la actitud de su
vicepresidente, decide presentar su dimisión y son Xavi Sastre y
Diego Tobalina los que dirigen la sesión de entrenamiento.
Curiosamente, Carlos Ayesa, agente de Stuckey en España, aseguró
a esta redacción que daba por hecha la rescisión del contrato de
Kelby Stuckey. «Después del accidente el jugador no se encuentra a
gusto, anímicamente está muy mal y lo mejor para él y para el
propio equipo es que se marche. Stuckey no se ve con fuerzas para
seguir y el club necesita a un jugador que rinda», comentó el
representante. La gestora negó anoche que José Luis Oliete hubiera
presentado su dimisión y si limitó a comentar que la situación de
Kelby Stuckey «todavía no está clara».
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