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Txema García (Efe) - ATENAS
El Barcelona, prácticamente desahuciado de la lucha por el campeonato español, se juega esta noche gran parte de la temporada en Atenas, en el partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Panathinaikos. Al equipo azulgrana, que lleva ya dos campañas consecutivas sin conseguir un sólo título, sólo le queda la esperanza de hacer algo grande en la máxima competición continental, tras haber quedado eliminado a las primeras de cambio en la Copa del Rey y encontrarse a ocho puntos de la cabeza en la Liga española. Ambos rivales llegan al encuentro de en una situación parecida. Los griegos son terceros en su Liga, tras haber empatado sus dos últimos partidos, y a falta de cuatro jornadas no sólo han dicho prácticamente adiós al título (se encuentran a seis puntos del líder, el AEK de Atenas), sino también a la segunda plaza que da acceso a la Liga de Campeones (el Olympiakos les aventaja en cinco puntos).

El Barcelona cedió el pasado sábado un empate en casa (1-1) contra Las Palmas que le ha dejado sin opciones de conseguir el título y le ha complicado incluso la clasificación para la Liga de Campeones. La cuarta plaza que da acceso a la máxima competición continental, ocupada por el Celta, está a tres puntos de distancia a falta de seis jornadas de Liga. No es de extrañar, pues, que ambos equipos se aferren a Europa como tabla de salvación de la temporada. El Barcelona tuvo suerte en el sorteo de cuartos de final al quedar emparejado con el rival teóricamente más accesible, el Panathinaikos, aunque el equipo griego ha demostrado una gran regularidad y fortaleza en la competición, en la que superó a rivales como el Arsenal, Mallorca y Schalke 04 en la primera fase, o Sparta de Praga y Oporto en la segunda.

Pese a que su presencia en los cuartos de final ha sido la gran sorpresa de la competición, los griegos no son un equipo advenedizo. Las 18 Ligas y 15 Copas de su país conquistadas le han permitido participar durante 34 temporadas en competiciones europeas y contar con algunas gestas importantes, como haber sido subcampeón de la Copa de Europa en 1971 (perdió la final ante el Ajax de Amsterdam) y semifinalista en 1985 y 1996. Superar la temible presión ambiental del estadio Apostolos Nikolaidis es el principal reto del Barcelona mañana, que debe obtener un resultado aceptable en la ida para rematar la eliminatoria en el encuentro de vuelta que se disputará en el Camp Nou.

El equipo griego ha sumado cinco victorias y sólo ha cedido dos empates (ante Oporto y Real Madrid) en los ocho partidos disputados en su estadio en la presente edición de la Liga de Campeones. La fortaleza defensiva es otra de las grandes virtudes del Panathinaikos, que sólo ha encajado 12 goles en los 14 partidos disputados (incluidos los dos de la fase previa), mientras que su gran peligro en el ataque es el chipriota Michalis Konstantinou. El Barcelona recuperará para el partido de mañana a su gran estrella, el brasileño Rivaldo, que ha estado de baja las dos últimas semanas debido a una distensión de ligamentos en su tobillo izquierdo.