Ganado en la pista con una autoridad previsible pero también
inhabitual, el Bàsquet Muro ha puesto en movimiento toda su
maquinaria para otorgar viabilidad económica a su nuevo proyecto en
Liga EBA. Consumado el gran objetivo que se había trazado el club
en los albores del curso, ha llegado el momento de disputar el
partido más duro. Eso si, alejado del hábitat natural y sin la
presión de un marcador estrecho. Ha llegado el momento de jugar en
los despachos y la cúpula del Muro se ha puesto manos a la obra.
El presidente Miquel Ramis y su equipo directivo tienen claro
que el reto de la EBA lleva implícito unas exigencias brutales,
desde la perspectiva deportiva como la económica. Aunque ninguna de
ellas puede disasociarse, en este último capítulo, el club tiene la
intención de afrontar la nueva categoría con un presupuesto de
gastos que alcance los 18.000 euros (unos 30 millones de
pesetas).
En el plano deportivo, el Bàsquet Muro proyecta armar una
plantilla integramente mallorquina, aunque tampoco cierra la puerta
a algún refuerzo foráneo. La dirección técnica de la entidad quiere
tener en nómina a los mejores jugadores de la tierra que estén a su
alcance. Es bastante probable que se ofrezca la renovación a la
mayoría de jugadores que han logrado el ascenso, pero habrá nuevos
fichajes y también habrá bajas.
Los nombres de Tolo Martorell (Jovent), Antoni Canyellas (Don
Benito) y Pedro Llompart (El Ejido) están en la lista de refuerzos,
aunque todo está a expensas de las gestiones que tiene previsto
realizar la directiva a lo largo de las próximas semanas. Nofre
Fornés, concejal de Deportes de Muro, ha expresado en varias
ocasiones que la predisposición del consistorio a involucrarse en
el proyecto EBA del Bàsquet Muro es máxima y el Ayuntamiento
colaborará en la gestión de patrocionadores.
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