El italiano Gilberto Simoni, del equipo Saeco, volvió a acaparar el
protagonismo en la undécima etapa del Giro de Italia, aunque en
esta ocasión fue por ser el primero en la cima de Campitello Matese
y no por asuntos de dopaje como ocurrió en la jornada anterior.
Simoni invirtió en los 143 kilómetros de viaje, entre Benevento y
Campitello Matese, 4 horas, 3 minutos y 37 segundos; mismo tiempo
que su compatriota Francesco Casagrande.
El pelotón principal llegó a 1:02 minutos, por lo que el alemán
Jens Heppner sigue al frente de la general seguido de Casagrande a
2:58 y Simoni a 3:15. Fernando Escartín se coloca sexto y pasa a
ser el mejor español a 3:46 minutos. El comienzo de la jornada, al
contrario de días anteriores, fue tranquilo. No hubo ninguna
novedad sobre los casos de dopaje que han acaparado la atención en
las jornadas precedentes y que han restado protagonismo en el
apartado deportivo.
La novedad fue la ausencia del australiano Robbie McEwen, del
Lotto belga, ganador de dos etapas y que daba marcha atrás en su
objetivo de igualar el número de victorias del italiano Mario
Cipollini, al abandonar la carrera para irse a conocer a su hijo
que nació el 15 mayo, el día que ganaba su primera etapa del Giro,
en la ciudad francesa de Estrasburgo. Era el segundo final en alto
y llegaba después de muchas jornadas llanas, por lo que los
escaladores y primeros de la general se mostraron cautos para
evitar desfallecimientos, pues los músculos suelen acusar esos
cambios bruscos y el kilometraje de la jornada era corto.
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