El Drac Inca tiene previsto anunciar la próxima semana que José
Luis Oliete no entra en sus planes de futuro. El técnico aragonés,
que parece tener su futuro en el proyecto LEB de Zaragoza, ha
consumado todos los objetivos deportivos que se había trazado la
entidad "eludir las series de descenso en una temporada marcada por
la austeridad económica", pero eso no parece haber sido suficiente.
El nombre del nuevo entrenador es una auténtica incógnita. El
director deportivo del Inca, que durante los últimos días ha estado
en Gandía para ver a un base "Pedro Rivero" que ya tiene su futuro
decidido, debe entregar el lunes una lista de alternativas al
banquillo del equipo LEB.
Según ha podido saber esta redacción, la decisión de no plantear
la renovación a José Luis Oliete no ha sido consensuada por la
junta directiva, pero una facción del club lleva tiempo moviendo
los hilos para que se imponga su criterio. Mario Perry será su
coartada. El croata no tiene ningún peso específico en el seno de
la entidad, pero desde que fue contratado por el Inca ha hecho lo
posible por minar el futuro de Oliete. En este caso, alinearse con
él es una excelente tapadera.
Fichar a José Luis Oliete era una vieja aspiración del
vicepresidente Joan Rubert. Este verano logró convencerlo y le
propuso construir un equipo ganador a medio plazo. De salida, el
aragonés se encontró con uno de los presupuestos más bajos de la
competición, pero aceptó el reto con la promesa velada de que la
inversión en plantilla se incrementaría notablemente en próximas
temporadas. Pero el discurso que se redactó en julio de 2001 no ha
sido el mismo en abril de 2002. Oliete ha sido el único que ha
cumplido con su parte del trato.
Paradójicamente, la continuidad del técnico aragonés ha contado
siempre con el apoyo del presidente Sebastià Penya. En sus círculos
más próximos, Penya siempre ha mantenido que «Oliete es el mejor
entrenador que ha trabajado en Inca», pero la oposición de un grupo
de directivos ha acabado incluso erosionando la figura y el
criterio del máximo mandatario. Sebastià Penya vió siempre en José
Luis Oliete a un entrenador con prestigio y plenamente identificado
con el Bàsquet Inca, aunque ha acabado asumiendo la decisión de una
minoria.
Fuera de los playoffs, la temporada para el club de Es Raiguer
llegó esta temporada a su punto y final en una fecha atípica (la
segunda semana de abril). No obstante, el club ha sido incapaz de
definirse con celeridad sobre el futuro del entenador de su
plantilla profesional. De hecho, ha transcurrido más de un mes y la
directiva sigue sin pronunciarse oficialmente. Casi con toda
seguridad lo hará el martes, es el tiempo que ha hecho falta para
tirar abajo todos los cimientos y volver a empezar. En cuatro
temporadas han desfilado por Inca cuatro entrenadores, cuatro
gerentes y tres directores deportivos.
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