David Quiñonero abandonó ayer su discurso cauto y comedido y dejó
escapar toda su visceralidad para lanzar un mensaje claro y
desafiante a Manolo Peña: «¿De verdad no te vas a atrever a subir
al ring conmigo?». Los dos boxeadores mallorquines debían medirse
el próximo sábado 29 de junio en Son Moix con el Campeonato de
España profesional del peso crucero en juego. El combate estaba
programado a diez asaltos de tres minutos y las cámaras de Vía
Digital retransmitirían la velada, pero una lesión en la mano de
Manolo Peña hace peligrar el combate más esperado por la afición
isleña.
Manolo Peña ha sido el boxeador balear con mayor proyección
hasta que irrumpiera David Quiñonero. A nadie se le escapa que su
relación nunca ha sido buena, más bien habría que buscar un
adjetivo totalmente contrario, pero hasta el momento nunca han
tenido opción de medir su potencial en un ring. La velada de Son
Moix no hay que medirla simplemente en los grados de rivalidad y
enemistad entre los púgiles, ni tan siquiera por el título nacional
que hay en juego, sino por el dinero y la proyección internacional
que repercutiría en el vencedor. Quiñonero se considera favorito y
piensa que la actitud que adopta Peña es la de «un gallina».
«Manolo "relata Quiñonero" siempre ha hablado de mí; no se ha
cansado de provocarme, pero yo he tratado de evitarlo. No hemos
peleado en un ring porque él era profesional y yo amateur, y ahora
que los dos estamos rankeados por la Federación dice que se ha
lesionado una mano. Si es cierto me atrevo a firmar un contrato,
atarme una mano a la espalda y pegarle sólo con la otra». El
combate Quiñonero-Peña es algo más que una simple pelea. El duelo
asegura el lleno en Son Moix (cinco mil personas) y dirimiría por
fin quién es el mejor púgil balear del peso crucero. David
manifestó que «además permitirá que el público mallorquín vea cuál
es la diferencia entre un boxeador y un matón de discoteca cuya
fama radica únicamente en sus hazañas nocturnas porque el historial
de Peña en el ring es más bien mediocre».
David Quiñonero acusa a Peña de ser «un bocazas y no atreverse a
dar la cara». «Alardea en el gimnasio de que soy un niñato y un
maricón. Dice que no pego fuerte y que soy un rival fácil de batir.
Y ahora yo quiero preguntarle: ¿no te atreves a pelear con un
niñato maricón que no sabe pegar? Si tuvieras valor irías al ring a
callarme la boca», señala Quiñonero. El púgil mallorquín sólo
concibe dos posibles desenlaces: «que no acuda al combate con lo
que el público mallorquín sabrá quién es el boxeador y quién es el
matón de discoteca, o que finalmente se presente; entonces pasará
el peor rato de su vida».
Paradójicamente los dos boxeadores mallorquines han vencido en
el último combate al mismo rival, Marek Zelov. Quiñonero considera
que en las victorias hay mucha diferencia: «A Manolo le dieron
vencedor de la pelea tras una dudosa resolución que acabó en
abucheo, mientras que yo lo tiré al suelo un minuto y veinte
segundos después de que empezara el combate y aproveché para
dejarlo KO delante de Manolo».
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