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José Antonio Pascual - ULSAN
Las selecciones de España y Brasil pueden ser dos de los equipos que hayan instalado más cerca sus cuarteles generales para encarar el Mundial 2002, pero tampoco es menos cierto que les separa un mundo. Desde el campo de entrenamiento de Seobu, donde se ejercita y está alojada España, al hotel Hyundai y al terreno Mipo, donde se prepara Brasil, hay tan solo 2'3 kilómetros. No obstante, es muy complicado que los internacionales españoles y brasileños se vean las caras en este Mundial 2002, por cuanto solamente se encontrarían en una hipotética final. En ese escaso radio que separa ambas concentraciones, instaladas en las laderas de unas de las miles de frondosas colinas que hay en los alrededores de Ulsan, se reúne una buena parte de las figuras de varias ligas europeas, principalmente la española.

Parece mentira que después de recorrer medio mundo y unos días después de festejar todos juntos la 'Novena' Liga de Campeones, Roberto Carlos esté de nuevo tan cerca de Fernando Hierro, Raúl González, Iker Casillas, Fernando Morientes e Iván Helguera. Todo el año juntos, en concentraciones, viajes, partidos, y después de más de una decena de miles de kilómetros, sólo hay 2'3 por medio. Los barcelonistas Luis Enrique Martínez, Carlos Puyol y Xavi Hernández, quienes se perdieron el amistoso Catalunya-Brasil por estar concentrados en Montecastillo, pueden casi mirar de reojo a Rivaldo; Joaquín Sánchez bromear, como en el Real Betis, con Denilson; e incluso el defensa Lucio, en la cartera del Real Madrid y el Barcelona, también anda como quien dice a la vuelta de la esquina. Ronaldo, un ex azulgrana, esta también a un paso.

Una constelación de estrellas, compañeros, amigos, muchos de ellos implacables rivales en el campo, se han reunido en Ulsan, pero no se verán. Y es que mientras España seguirá concentrada en el mismo sitio durante todo el Mundial, Brasil 'emigrará' a Japón dentro de unos días. Si el equipo de José Antonio Camacho supera la primera fase y sigue progresando, jugará todos sus encuentros en Corea del Sur; pero los brasileños, una vez alcanzados los cuartos, los disputarán en Japón. Unos y otros ansían, sueñan, con verse las caras en este Mundial.

Sería una señal inequívoca de que han llegado lejos y sobre todo en el caso de España de que habría hecho algo grande. La historia, y no sólo las distintas andaduras, colocan a ambas selecciones muy lejos una de otra. Brasil es la única tetracampeona del mundo y España como mucho fue cuarta, curiosamente en el mundial brasileño de 1950. Brasil entra en la terna o en el cuarteto de favoritos; España, en cambio, no, tan solo es aspirante a soñar. Para Brasil no ganar el Mundial sería una decepción, para España obtener el título algo único.