Las victorias por la mínima de Argentina y Brasil se vieron
acompañadas del empate de Paraguay, merced a un penalti señalado en
contra poco antes del final, y las derrotas sufridas por Uruguay y
Ecuador.
Argentina y Brasil, dos de las selecciones sudamericanas que han
ganado la Copa del Mundo, coincidieron en sus victorias ajustadas y
en el protagonismo ofensivo de los delanteros llamados a ser
estrellas en la competición. La selección que prepara Marcelo
Bielsa superó con cierta holgura a Nigeria a pesar de que tan sólo
fue capaz de ganar por 1-0 gracias a un cabezazo de Gabriel
Batistuta mediada la segunda parte. Los argentinos fueron mejores y
merecieron el triunfo.
El partido de Brasil ante Turquía fue más complicado, ya que los
turcos ganaban por 1-0 al descanso. Ronaldo y Rivaldo, este al
transformar un penalti dudoso poco antes de la conclusión del
partido, dieron los puntos a los brasileños. La selección nacional
paraguaya estuvo a punto de convertirse en el tercer ganador
sudamericano en su primer partido del grupo. Le sobraron apenas
unos minutos tras haber cobrado ventaja de 2-0, con goles de
Santacruz y Arce, antes de que se cumpliera la primera hora de
encuentro. Los nervios atenazaron a los futbolistas del italiano
Cesare Maldini, que encajaron un gol en un rechace que tropezó en
Estanislao Struway. Al final, un penalti cometido por el guardameta
Ricardo Tavarelli, que ocupó la posición del sancionado Chilavert,
propició el empate de los voluntariosos sudáfricanos.
Menos fortuna tuvieron todavía los uruguayos y los ecuatorianos,
que perdieron sus partidos. Uruguay, el otro campeón del Mundo de
Sudamérica, no pudo aprovechar el magnífico gol de Darío Rodríguez
que igualaba su partido con Dinamarca para mantener el empate, ya
que poco antes del final del encuentro, recibió el 2-1
definitivo.
Ecuador, en su debut en la Copa del Mundo, nunca pudo con
Italia. Un rápido gol de Vieri, ratificado antes de la media hora
con un segundo tanto, obligó a que se disputara exactamente el
partido que el colombiano Hernán Gómez, técnico de Ecuador, menos
quería. Aunque el equipo mejoró tras el descanso, los italianos
nunca se apuraron y mantuvieron la ventaja con cierta comodidad.
Todos, pues, están dispuestos a afrontar el segundo compromiso en
el Mundial, el que muchos consideran más importante de la
competición, con ánimos distintos, unos para ganarse la
clasificación a octavos y otros para mantener la luz de la ilusión
encendida.
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