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Iñaki Duque SEUL
El brasileño Ronaldo se reencontró con el gol en un Mundial de fútbol después de 1.426 días y con su actuación en el partido que su selección ganó por 2-1 a la de Turquía lanzó un aviso a los navegantes: el «Fenómeno» está de vuelta y en busca del trono que ya fue suyo en 1996 y 1997. El delantero nacido hace 25 años en Río de Janeiro cambió la historia del juego que pedían desde el final del primer tiempo con una anotación como mínimo acrobática, pues su vuelo en tijera para cambiar la trayectoria del balón con el pie derecho bien podría causar envidia a cualquier consumado ninja o karateca.

Hasta el gol del pasado domingo, en la ciudad surcoreana de Ulsan su último tanto en mundiales se remontaba al 7 de julio de 1998 en la fase semifinal del Mundial de Francia contra Holanda, que terminó empatado 2-2 en el tiempo reglamentario y ganaron los brasileños en la tanda de penaltis.

La historia se repitió tres años y 331 días después con la alegría de que el gol y su actuación ponen el fin a un largo periodo de adversidades que tuvo consecuencias psicológicas y físicas.

Todo comenzó con la convulsión que lo afectó horas antes de la final que ganó Francia por 3-0, el 12 de julio de 1998. El dolor por la pérdida de lo que sería el quinto título mundial de Brasil y el misterio que rodeó su crisis resultaron menos a la postre menos importantes frente a la cadena de lesiones que afrontó el jugador a partir del 21 de noviembre de 1999.

El Inter jugaba contra el Lecce cuando Ronaldo sufrió la rotura parcial del tendón de la rodilla derecha. El 12 de abril de 2000 volvió a jugar, contra el Lazio, pero siete minutos después de entrar en la cancha cayó al césped con una rotura total del tendón que le habían operado cinco meses antes.

La recuperación fue lenta y en medio de dudas sobre el futuro, que fueron parcialmente disipadas el 8 de marzo de 2001 cuando el médico francés Gerard Saillant, responsable del tratamiento, dijo que estaba clínicamente curado.