Óscar González INCHEON
Winston Parks, un veinteañero, prolongó el sueño de clasificarse de Costa Rica, que empató ante Turquía gracias a un gol en el minuto 86 de su jugador más joven y necesitará tan sólo otra igualada, contra Brasil, que ya está en octavos, para acceder a la segunda ronda del Mundial 2002.
Parks, un juvenil que con su actuación en el Mundial sub'20 de Argentina se ganó el fichaje por el Udinese italiano el pasado año, revolucionó una selección que hasta ese momento, maldijo su falta de puntería. Porque hasta ese momento, al equipo de Alexandre Guimaraes le había faltado quien supiese cómo batir a Rustu Recber, después de acumular ocasiones. Y eso que Costa Rica y Turquía ofrecieron una primera parte dominada por la táctica, por el miedo a perder el dibujo trazado en el vestuario.
El equipo de Alexandre Guimaraes, que tuvo más espacios y pudo marcar por medio de Ronald Gómez (m.50), se encontró en desventaja por una jugada desafortunada, un fallo de concentración que permitió que Emre Belozoglu recogiese al borde del área un balón bajado por Hasan Sas, se internase a trompicones y batiese a Erick Lonnis (m.55).
El técnico costarricense dio entrada a Hernán Medford y, diez minutos después, a Steven Bryce y Winston Parks, en busca de mayor poder ofensivo y lo halló con el «benjamín» que recogió un balón muerto en el área en el minuto 86 y lo introdujo en la portería turca para mantener vivas las esperanzas de clasificación matemáticas, ahora pendientes del último partido contra Brasil.
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