Conformado por un grupo compacto que conoce sus virtudes y sus
limitaciones y compensa unas con otras, la excelente relación entre
los jugadores y las de éste con el seleccionador, Jomo Sono, es una
de las claves del éxito. Tener permiso para mantener relaciones
sexuales o irse de compras en lugar de entrenarse tras lograr una
victoria son algunos privilegios que la mayoría de los jugadores
del Mundial no pueden disfrutar, pero sí los «bafana bafana» cuyo
entrenador no es partidario de imponer «normas estrictas».
Los «Bafana Bafana» (chicos en idioma zulú) jugarán además con
la ventaja de que nadie les reprochará su eliminación si ésta
finalmente se produce porque, con el empate ante Paraguay y la
victoria ante Eslovenia "la primera de Sudáfrica en un Mundial",
han cumplido sobradamente las expectativas.
En las semanas previas al Mundial, el optimismo no reinaba en el
fútbol sudafricano después de la crisis que supuso la sustitución
como seleccionador de Carlos Queiroz por Jomo Sono tras la
decepcionante actuación en la Copa de Africa.
Sono, entrenador y propietario del Jomo Cosmos, equipo de la
primera división de Sudáfrica, asumió las funciones de
seleccionador solo hasta la conclusión del Mundial para mantener
posteriormente la función de director técnico de la Federación. El
«príncipe negro» "su apodo como futbolista" sufrió un importante
revés al confirmarse la baja por lesión de su capitán y máximo
goleador en la historia de su selección, Shaun Bartlett.
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