La victoria por 2-0 ante Túnez en Osaka ha llevado al equipo
nacional japonés a los octavos de final del Mundial, en los que se
medirá a Turquía el próximo martes en Miyagi, y supone un bálsamo
para el Mundial puesto que la continuidad del equipo anfitrión en
el torneo es siempre una buena noticia para sus organizadores.
La clasificación de Japón alivia el mazazo que supuso para el
torneo la despedida de Francia y Argentina, al tiempo que mantiene
viva la competición entre los japoneses, que el martes volverán a
lanzarse a los comercios, como hicieron ayer, para comprar
camisetas oficiales de la selección, al módico precio de 120
euros.
La importancia de la clasificación para octavos de final ha
quedado reflejada en las declaraciones del presidente de la
Federación Japonesa de Fútbol (JFA), Shunichiro Okano, quien afirmó
que la selección ha entrado con siete puntos, sin perder un solo
partido, y con muchos merecimientos. «Hemos podido agradecer con la
clasificación el apoyo que nos han dado los seguidores japoneses.
Han sido realmente el jugador número doce, dijo Okano, que dirige
el fútbol japonés desde 1998. El triunfo de los japoneses ha
llegado en un oscuro día en la costa del Pacífico japonés, en la
estación más húmeda del año, que coincide con el final de la
primavera y la llegada de días lluviosos y brumosos de esta época
en la parte más oriental de Asia.
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