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Isidoro Santos ULSAN
La selección española, después de su intensa 'batalla' ante la República de Irlanda, recupera fuerzas en su cuartel general de Ulsan para intentar que no le falten el próximo sábado en los cuartos de final del Mundial 2002.

Los jugadores del equipo de José Antonio Camacho descansaron por la mañana y por la tarde, a partir de las 19.00 hora local, se entrenaron durante unos 50 minutos en el centro deportivo Seobu, que es su 'casa' en tierras coreanas desde el pasado 20 de mayo. Fue un entrenamiento de baja intensidad. No podía ser de otra manera después del gran desgaste físico que los internacionales españoles hicieron en el estadio de Suwon para doblegar a los irlandeses.

Sufrió muchísimo para conseguir el pasaporte hacia los cuartos de final y su juego estuvo plagado de defectos, pero ya está en la ronda de los ocho mejores y da la impresión de que la historia está cambiando para España en este Mundial. Si en la primera fase ganó los tres primeros partidos, algo que sólo había hecho una vez en un Mundial, en Brasil'50, en el duelo de cuartos de final ante los irlandeses aprobó una asignatura que tenía pendiente desde hace mucho tiempo. Con Iker Casillas como héroe, la selección española por fin ganó una tanda de penaltis. Hasta ahora, los lanzamientos desde los once metros habían jugado muy malas pasadas a España.

En el Mundial de México'86, después de superar a Dinamarca en los octavos de final por 5-1 con cuatro goles de Emilio Butragueño, el equipo que entonces dirigía Miguel Muñoz cayó en cuartos ante Bélgica en la tanda de penaltis tras igualar a uno.

Y lo mismo le sucedió en los cuartos de final de la Eurocopa'96 ante Inglaterra después de empatar a cero en el estadio de Wembley, en un partido en el que los jugadores que entrenaba Javier Clemente hicieron méritos para conseguir mucho más. La última gran decepción del fútbol español por culpa de los lanzamientos de penaltis se produjo en los Juegos de Sydney 2000. En la final, España igualó con Camerún y se tuvo que conformar con la de plata.