El pelotón, que había bajado el pistón a 20 kms de meta, entraba
con el australiano del Lotto Robbie McEwen al frente a 33 segundos
del ganador y con los favoritos en la misma posición que dejaron
tras la contrarreloj por equipos, con Igor González al frente, su
compañero Joseba Beloki segundo a 4 segundos y el estadounidense
Lance Armstrong tercero a 7 segundos. El día después de la
contrarreloj por equipos empezó con la expectativa de ver el
comportamiento del ONCE en la defensa del maillot amarillo de Igor
González.
El técnico, Manolo Saiz, dejó claro después del éxito de su
equipo en Chateau Thierry que no pensaba desgastar a su hombres en
peleas inútiles, aunque si los conjuntos de los esprinters
colaboraban los españoles harían lo propio. Los equipos con boletos
para la victoria se movían tal y como quería Saiz. Los corredores
del ONCE tomaron la iniciativa, pero no hubo problemas para que
aparecieran en cabeza los Lotto de McEwen, los Telekom de Zabel, La
Francaise de Baden Cooke y McGee y el Credit Agricole de O'Grady.
El Mapei no parecía demasiado interesado en trabajar para Freire,
ya que apenas un corredor aparecía por la zona de trabajo
intensivo.
El susto no faltó, pues a veinte Kms. de meta se produjo una
caída de unos veinte corredores con el italiano Marco Pinotti
(Lampre) como principal afectado y trasladado al hospital de Rouen.
Los escapados aún marchaban con más de dos minutos de renta y ganas
de seguir con los relevos. Antes el belga del Mapei Tom Steels se
convertía en la primera baja del pelotón. A 10 Kms. de la llegada
la ventaja del quinteto era de 1.50 minutos y volaba hacia la meta
de Rouen. Atrás, finalmente, hubo confianza y poco convencimiento
en el ritmo de caza. El ONCE salvaba el día y el maillot amarillo.
Kirsipuu se iba frotando las manos pensando en el esprint.
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