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El arbitraje balear contará con un representante al máximo nivel, aunque siempre desde la banda. Antonio Ibáñez Jiménez se ha ganado sobre el terreno de juego el ascenso a la Primera División, categoría en la que realizará las veces de árbitro auxiliar. Ibáñez tiene 31 años y lleva nueve dentro de este mundo. En las últimas dos temporadas ha acompañado como linier a Àngel Rodado en Segunda A, aunque anteriormente fue ayudante de Carolina Doménech en la categoría de bronce.

El linier tuvo constancia de tan grata nueva en la mañana del jueves. «Se te pone la piel de gallina cuando te imaginas en estadios de la categoría del Bernabéu, Nou Camp, Mestalla o el Calderón. Esto es lo máximo a lo que cualquier árbitro aspira, y a mi se me ha presentado la oportunidad. Espero no desaprovecharla y dejar alto el nombre de este estamento al nivel de las islas», significó Ibáñez, que no podía ocultar su satisfacción, que se ha contagiado a sus compañeros de comité. «Veo que la gente se ha alegrado y eso es síntoma de que soy apreciado entre mis compañeros, a los que agradezco sus muestras de aprecio», añadió el eufórico asistente, al que deberemos acostumbrarnos a ver cerca de los mejores jugadores de la Liga.

· Rodado seguirá
Dentro de los capítulos de ascensos y descensos, al margen del frustrado paso de Carolina Doménech a Segunda A, cabe reseñar que el único representante balear en la competición, Àngel Rodado Rodríguez, seguirá durante una temporada más, y van tres con la que se avecina, pitando en una Liga que gana en interés. Rodado ve recompensada su regularidad, y no descarta «que algún día mi trabajo se vea recompensado, aunque hay que ser prudentes y trabajar como siempre», destacó el colegiado mallorquín a esta redacción.