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0 A.S. ROMA: Antonioli (H); Panucci (H), Samuel (H), Dellas (H), Cufré (H), Cafú (H), Emerson (H), Tommasi (H), Candela (H), Cassano (H)y Montella (H).
Cambios: Delvecchio (H) por Cassano y Guardiola (H) por Cufré.
3 REAL MADRID: Casillas (HH); Michel Salgado (HHH), Hierro (HHH), Helguera (HHH), Roberto Carlos (HHH); Figo (HHH), Makelele (HH), Cambiasso (HHH), Zidane (HH), Guti (HHH) y Raúl (HHH).
Cambios: Solari (H) por Zidane y McManaman (H) por Makelele.
Àrbitro: Markus Merk (ALE). Mostró tarjeta amarilla a Helguera (m.21), Montella (m.34), Hierro (m.66).
Goles:
0-1, minuto 41, Guti.
0-2, minuto 56, Raúl.
0-3, minuto 74, Guti.

LORENZO MARTÍNEZ-ROMA
El Real Madrid comenzó la búsqueda de la décima como lo hizo el pasado año, con un triunfo en terreno del Roma, si bien en esta ocasión lo hizo con una goleada (0-3), de una forma más cómoda y dejando casi en ridículo a un rival que no tuvo ni presencia, ni consistencia ni juego y que dio una penosa imagen. El equipo madridista fue infinitamente superior a un Roma triste y que ya salió al campo descabezado por su propio entrenador Fabio Capello, pues el técnico dejó boquiabiertos a todos con el once que puso inicialmente sobre el terreno de juego.

Capello presentó un equipo de descarado corte defensivo, con seis defensas naturales. Dos de ellos, el argentino Cufré y el griego Dellas que apenas había utilizado hasta ahora. Algo, a priori, insospechable por mucho que el fútbol italiano esté habituado a ir siempre a remolque de lo que hace el rival. Sin duda Capello negaba el buen fútbol y apostaba por un partido físico, de contención y de ahogo al Real Madrid a base de fuerza y no de cerebro. Así, puso una defensa de cuatro y dejó como externos en el centro del campo a Cafú y a Candela, con la misión tanto de cortar las incursiones visitantes como, al mismo tiempo, de agredir con velocidad y buscar las espaldas por las bandas.

El Real Madrid salió controlando, haciendo suyo el balón, pero tal vez tocando excesivamente en corto y al paso , y con un excelente trabajo de Makelele y el joven Cambiasso. El dominio, pues, era madridista, pero el balón no llegaba ni a una ni a otra área. Figo no estaba tan entonado como el pasado año y Zidane, en su vuelta a Italia tras un año de ausencia, era sometido a un fuerte marcaje por Emerson y Tommasi, y ponía calidad, toque pero le faltaba sus geniales pases verticales. Roberto Carlos, ante el peligroso Cafú, tampoco subía la banda.