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Nemesio Rodríguez (Efe)|MADRID
Decir que el clásico madrileño entre el Real y el Atlético es «cosa de niños» parece un comentario osado que trata de restar valor a uno de los partidos de fútbol más atractivos del mundo. Alfredo Di Stéfano diría que quien se atreve a deslizar semejante afirmación es un ignorante. Luis Aragonés levantaría simplemente los hombros con toda la carga de indiferencia que el gesto supone, lo que traducido a palabras querría decir: «tonterías, el fútbol es mucho más serio que eso». Sin embargo, el comentario no es para nada gratuito. Hay dos «niños» que aspiran a ser los grandes protagonistas del clásico en el Santiago Bernabéu, aunque uno de ellos, aún siendo joven, acumula tanta experiencia y ha ejecutado tantas jugadas maravillosas que se le respeta como a un veterano en el Real Madrid.

Se trata de Raúl González, un delantero que a sus 25 años ya ha dejado grabadas para la historia goles de bellísima factura, llaves que han abierto la puerta de tres Ligas españolas, tres Copas de Europa, dos Intercontinentales, dos Supercopas de España y una Supercopa europea. Raúl, que debutó en Primera con 17 años, lleva 300 partidos jugados en Primera División, en los que ha marcado 147 goles; es el máximo anotador, con 38, de la Liga de Campeones, y el de la selección, con 29, igualado con su compañero en el Real Madrid Fernando Hierro, ya retirado del equipo nacional. Precisamente Hierro es uno de sus grandes admiradores y seguramente ya no le llama en los vestuarios «niño» como hacía desde el momento de su temprano debut en Primera. Sólo le queda ganar con España una Eurocopa o un Mundial para que obtenga el reconocimiento internacional que tienen compañeros suyos, como Zinedine Zidane, Luis Figo o Ronaldo. De todos estos goles, hay uno que vincula con letras de oro el nombre de Raúl al clásico madrileño. Ocurrió el 18 de enero de 1997 en el Calderón. El delantero regateó tres veces dentro del área a Juanma López, antes de batir a Molina. «Un portento de fuerza, habilidad y suerte», dijo su rival José Luis Pérez Caminero.Fue la señal de que el delgaducho jugador iba para estrella, aunque nadie podía prever que iba a superar todas las expectativas para convertirse en pocos años en objeto de admiración de propios y extraños. Entre los extraños al Real Madrid, cobra especial valor la opinión sobre Raúl del entrenador del Atlético de Madrid, Luis Aragonés: «Tiene una cosa que no he visto a ningún jugador, se anticipa cuatro décimas de segundo o cuatro milésimas de segundo al defensa y cuando éste se da cuenta ya ha marcado gol». Al consagrado delantero le pone la réplica en el Atlético de Madrid Fernando Torres, de 18 años, apodado «El Niño», un diamante en bruto que algunos comentaristas deportivos comparan con Marco van Basten, uno de los mejores delanteros de la historia del fútbol. Su proyección como futbolista ha trascendido las fronteras españolas y «La Gazzetta dello Sport» no duda en colocarle como figura en el titular principal de su información sobre el clásico: «El Niño» Torres desafía al Real».