Walter Pandiani se lamenta tras un error en una secuencia de un partido de esta temporada. Foto: TOMÁS MONSERRAT

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El amable tránsito del Mallorca por la Copa había ocultado hasta ahora el enorme déficit que iba arrastrando en el torneo de Liga. Apenas cinco semanas después de lograr un triunfo balsámico en Vallecas que parecía blindar la permanencia, el equipo de Manzano se ha visto obligado a manejarse en otros términos. Ha sumado sólo 6 de los últimos 36 puntos que había en juego y su ejercicio de caída libre empieza a tener consecuencias en la clasificación, porque los baleares han pasado de acomodarse entre la nobleza del campeonato a moverse con el barro hasta las rodillas.

Que el grupo isleño es un equipo de rachas lo evidencian los números. Abrió la Liga con tres derrotas en ristra, luego sumó nueve victorias de forma consecutiva y ahora encadena cinco jornadas sin sonreír. Ha caído hasta la décimoquinta posición, a pesar de que las distancias en la zona media de la clasificación son muy cortas. Con todo, la derrota en el Calderón ha subrayado que el Mallorca se ha desconectado definitivamente hasta el 6 de marzo, fecha en la que tendrá uno de los partidos más importantes de su historia. Después de ganar en El Sardinero el pasado 17 de noviembre de 2002 (1-2), los isleños acumularon decepción tras decepción. El conjunto de Manzano abrió enero con un importante empate en Riazor ante el Deportivo y desprendiendo muy buenas sensaciones. Luego, el atropello del Real Madrid en Son Moix (1-5) y la derrota por la mínima en Anoeta ante la Real Sociedad (2-1). El año se cerró con otra bofetada ante el Barça en un partido que será recordado por las expulsiones de Alvaro Novo y Samuel Etoo (0-4).

El inicio del 2003 tampoco fue mucho mejor, porque el Mallorca perdió en un partido gris ante el Sevilla en el Carranza (3-0). Sin embargo, los rojillos consiguieron un triunfo reparador ante el Rayo Vallecano en otro guiño a la heroicidad, porque se ganó jugando en inferioridad (1-2). A partir de ese momento, todo han sido malas noticias. Lesiones, expulsiones y arbitrajes bajo sospecha.

El equipo se atascó ante el Recreativo en Son Moix -donde no gana desde el 10 de noviembre, cuando superó al Alavés por 3 a 1- y dio carpetazo a la primera vuelta con una derrota en La Rosaleda ante el Málaga de Peiró. A pesar de todo, los insulares habían amontonado 27 puntos tras los primeros 19 partidos y la sensación de bienestar que generaba la situación en la Copa del Rey dejaba al conjunto bermellón enganchado a todo. Pero tal y como empezó la Liga, arrancó la segunda vuelta. El Mallorca perdió en su desplazamiento a Mestalla ante el Valencia en un encuentro en el que sólo la puntería de Mista pudo deshacer la madeja que tejió Manzano. Luego, dos goles del brasileño Edú tumbaron al equipo isleño, que mostró una de las imágenes más siniestras de la temporada. La visita al Vicente Calderón el pasado domingo tampoco le reportó ningún beneficio, además de dejarle una desastrosa herencia para el encuentro ante el Athletic: tres jugadores sancionados. Así, el partido ante el grupo de Jupp Heynckes está marcado en rojo, porque a pesar de las numerosas ausencias las urgencias empiezan a ser mayúsculas.