Miquel Alzamora
El Real Mallorca salvó ayer un partido peligroso. Después de la euforia de la Copa, el Betis se presentaba en Son Moix como una seria amenaza, pero ayer los hombres de Manzano se pusieron el mono de trabajo conscientes de que en juego había tres puntos vitales para subsistir en Primera.
La permanencia está mucho más cerca después de ganarle al Betis y además el equipo rompe con el estigma perdedor que había vuelto a tomar después de dos meses de jugar y no ganar.
El de ayer fue un partido de desgaste y de saber hacer frente a dos problemas capitales: Denilson por una parte y Carmona Méndez por la otra. Ayer se demostró que el Betis es Denilson y sin él no es nada. También quedó claro que Carmona es malo y su permisividad para con el equipo verdiblanco estuvo muy cerca de costarle un disgusto al once de Manzano. La historia del partido, sin embargo, empezó a escribirse muy pronto y además los primeros compases los marcó el Mallorca y más concretamente su genial «enganche». Ariel Ibagaza revolucionó de inmediato el partido. Una de las asignaturas pendientes de este Mallorca es avanzarse en el marcador y ayer lo consiguió antes de cumplirse el primer minuto de partido.
El «Caño» amenazó con marcar a Prats y Ito cortó por lo sano. Zancadilla y penalti. Pandiani hizo el resto y batió al guardameta Toni Prats.
Con el marcador a favor el Mallorca se dio cuenta que se juega mucho mejor que con las prisas de ir a remolque. A base de orden y toque, los de Manzano anularon el medio campo del Betis y desplegaron un juego, por momentos, más que brillante. Ibagaza y Riera ofrecían un recital acorde con su calidad mientras que en defensa no se pasaban más apuros que los que los mismos zagueros eran capaces de crearse.
Sin embargo, el once balear se olvidó de algo fundamental y es que de nada sirve jugar de cine si finalmente no se marca. Con el uno a cero los locales llevaron de paseo la pelota por la línea de gol de Prats, pero nadie acertó a rematar. El Betis, mientras tanto, deambulaba por el campo sin apenas rumbo pero cuando uno dispone de buenos jugadores, en cualquier momento la situación puede variar. Y eso es lo que ocurrió cuando el crono superó el minuto veinte.
Justo en ese instante, Denilson empezó a exigir un claro y rotundo protagonismo y lo hizo lanzando una bola al punto de penalti que fue extraordinariamente rematada por Fernando. Lussenhoff vio el gol de cerca, pero en ese momento no se le ocurrió hacer nada para evitarlo. Franco voló, pero el dibujó que trazó la pelota hizo imposible su estirada. Uno a uno y vuelta a empezar.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.