Martín Palermo controla un balón ante la oposición de Fernando Niño, en una imagen del partido

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Un servicio con el exterior de Ibagaza, un control orientado de Etoo y una definición muy plástica ante Reina le bastaron al Mallorca para atrapar otro punto lejos de Ciutat. A pesar de que Palermo se hartó de diseñar remates, y de que la pareja de centrales sigue sin ofrecer una gran fiabilidad, el equipo de Manzano rascó un empate que le basta para afincarse en una zona sin ruido, entre los que se manejan con Europa y los que conviven con las miserias del descenso (1-1).

Dicen los números que el Mallorca sigue sin perder, que amontona jornadas sin mácula, y eso es una buena noticia. Al margen de cualquier atribución al espectáculo, los baleares se han acostumbrado a sumar con el mínimo esfuerzo. Apenas un par de fogonazos de sus hombres de talento le bastan para salir del apuro; ayer todo coincidió con otro gran partidazo de Ibagaza, que notó que la cita se empinaba y decidió meterse el balón en la mochila. Con el cuero circulando por las botas del argentino, los problemas son menores. De sus pies nació el gol, e incluso tuvo fuerzas para cerrar un disparo de Martín Palermo en defensa.