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El entrenador del Real Mallorca, Gregorio Manzano, no era en la tarde de ayer un hombre satisfecho. Y es que el equipo no había podido pasar del empate en un encuentro insípido y sin contenido, por lo que las opciones de acceder a Europa por la vía de la liga quedaban minimizadas. En relación a la clasificación en la liga, Manzano explicó en su rueda de prensa ante los medios, que «lo tenemos más difícil después de ver el desarrollo de la jornada y al no haber sumado los tres puntos. Todavía no lo tenemos imposible, puesto que matemáticamente estamos en condiciones de seguir aspirando a conseguirlo», en referencia a la obtención del pasaporte continental a través del campeonato.

El de Bailén también habló sobre la ausencia de última hora de Ariel Ibagaza. Para Manzano, «entrar del calentamiento y tener que introducir a Campano tres minutos antes» pudo dañar los propósitos mallorquinistas. «Hemos tenido que comenzar el partido según el guión, pero no como teníamos previsto de inicio», puntualizó. Posteriormente explicó los detalles de la ausencia y señaló que «creíamos que esa sobrecarga que tiene en el gemelo podría resistirla pero se le ha ido contracturando en el calentamiento y ante la duda lo aconsejable ha sido desistir de su participación. Es el segundo partido consecutivo que se pierde en casa y el equipo se resiente».

Manzano continuó argumentando «que hemos perdido una gran ocasión y ahora deberemos esperar a lo que suceda en la próxima semana en Huelva. A ver si somos capaces de vencer allí y aproximarnos un poco más a esa plaza».

El andaluz dijo además que «en lugar de ser un paso hacia adelante, éste ha sido un paso atrás en nuestras aspiraciones europeas que teníamos previstas de inmediato».

Cuestionado sobre la falta de estímulos que exhibieron los jugadores ante el conjunto rayista, el técnico declaró que «ha faltado tensión, también intensidad y el equipo ha tenido quizá una falta de fuerza en todas las líneas del campo. Creo que a raíz del gol del Rayo, el equipo dio la sensación de despertarse y empezamos a darnos cuenta de que el encuentro estaba cuesta arriba. Ahí empezamos a crear ocasiones de gol. Quizá nos ha faltado salir de una situación que requiere un partido de este nivel y el Rayo ha venido descaradamente a jugar sin ese complejo de colista. En ese sentido nos ha faltado hacernos valer sobre el terreno de juego» apuntó.

El entrenador jienense tuvo también tiempo para pasarse por el vestuario rayista y comprobar la desolación que supuso la pérdida de categoría: «Una vez analizado el resultado desde nuestro punto de vista, que es negativo para los intereses que ahora nos ocupan, me he pasado por el vestuario de ellos y la gente, lógicamente, está triste, cabizbaja. En ese equipo hay jugadores que estuvieron trabajando conmigo el año pasado y al verlos en esa situación, me siento triste. Desde aquí animo a toda la afición rayista y a su presidenta para que empiecen a planificar la próxima temporada y vuelvan cuanto antes a Primera», concluyó.

Por su parte, Iriondo lamentó profundamente el descenso madrileño. «Sabíamos en el descanso que el Osasuna ganaba, pero así y todo, mi equipo trabajó al máximo de sus posibilidades, por lo cual, no me resta que felicitar a mis jugadores, que lo dieron todo», afirmó. «La gente está destrozada, pero no se les puede reprochar nada».