El triunfo de Montoya, segundo en Fórmula Uno tras el obtenido
en 2001 en el Gran Premio de Italia, se ha producido al final de
una carrera en la que el finlandés Kimi Raikkonen
(McLaren-Mercedes) no le ha dado respiro en las últimas veinte
vueltas, cuando la diferencia entre ambos no ha sido superior a un
segundo.
Las cosas no son como empiezan, sino como acaban, y Alonso,
después de unos comienzos no muy afortunados, ha terminado con un
buen resultado, que podía haber sido mejor, seguramente tercero, si
hubiera realizado una sola parada para repostar y cambiar
neumáticos, como pretendía, pero el equipo no lo ha admitido.
En carrera las cosas se le dieron de cara, porque en la salida
el británico David Coulthard (McLaren-Mercedes) que partía delante
suyo, se desplazó hacia el lado derecho de la pista para cerrar al
brasileño Rubens Barrichello (Ferrari) y eso hizo que quedara una
autopista por el lado izquierdo para Alonso.
Gracias al buen sistema de salida y a la maniobra de Coulthard,
Alonso se presentaba en la curva de Santa Devota con dos puestos
ganados y representando una seria amenaza para el alemán Michael
Schumacher.
El principal problema es que el compañero de Alonso, el italiano
Jarno Trulli, estaba haciendo un tapón y eso permitía a los
Williams-BMW del alemán Ralf Schumacher y de Montoya y al
McLaren-Mercedes de Kimi Raikkonen distanciarse.
Si después de la primera parada para repostar y cambiar
neumáticos el ovetense había sido adelantado por Coulthard y
Barrichello, gracias al tapón que les hizo Trulli tras su segunda
parada, eso le permitió a Alonso tirar a tope durante cinco vueltas
y volver a la pista en quinta posición.
Si se tiene en cuenta que detrás suyo ha dejado a su compañero
de equipo y a dos coches superiores a su Renault, el
McLaren-Mercedes del vencedor del año pasado David Coulthard y el
Ferrari de Rubens Barrichello, era muy difícil poder hacerlo
mejor.
Montoya se ha visto obligado a atacar desde la salida a la meta,
primero presionó a su compañero de equipo, el alemán Ralf
Schumacher, hasta que este se detuvo por primera vez a repostar y
cambiar neumáticos, para a continuación, con la pista libre, marcar
la vuelta más rápida en carrera hasta ese momento y hacer su
primera parada.
Pero, sin duda, la clave de la victoria del colombiano ha estado
en su segunda parada, en la que sus mecánicos realizaron la
operación en tan solo 6,7 segundos, algo menos de dos segundos que
sus rivales, lo que le permitió encabezar la prueba después de que
todos se hubieran detenido.
A veinte vueltas del final, cuando volvió al liderato su ventaja
sobre Raikkonen era de tan solo un segundo y a partir de ese
momento el finlandés no le dio respiro, pero además, por detrás,
Michael Schumacher, tercero, era el hombre más rápido en pista y
los once segundos de desventaja sobre el colombiano, iban a
comenzar a disminuir rápidamente.
Montoya no cometió el más mínimo error y a pesar de llevar
pegado a su alerón trasero a Raikkonen y que ya podía ver por los
retrovisores a Michael Schumacher, logró cruzar la línea de meta
con seis décimas de ventaja sobre el finlandés y casi dos segundos
sobre el alemán.
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