Vives levanta los brazos tras lograr la clasificación para la final. | ANDREU DALMAU

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Francisco Avila|BARCELONA
Las españolas Nina Jivanevskaya y Roser Vives se clasificaron para las finales de los 50 espalda y los 200 mariposa, respectivamente, en una jornada en la que Ian Thorpe pudo con el estadounidense Michael Phelps en el primer duelo entre ambos. Jivanevskaya estuvo espléndida en su prueba. Totalmente repuesta de la decepción que le causó finalizar cuarta en los 100 espalda, la nadadora de origen ruso consiguió el mejor tiempo de todas las participantes, batió el récord español y, además, firmó la mejor marca mundial del año.

Si es capaz de repetir una actuación similar en la final, España inaugurará el medallero en las pruebas de natación, hasta ahora alimentado con los metales logrados en natación sincronizada y en las pruebas de larga distancia.

La palmesana Roser Vives también estuvo a gran nivel y se clasificó sexta para la final de los 200 mariposa, en una prueba en la que en las series había quedado eliminada la malagueña María Peláez, a quien parece que su periplo italiano no le ha ido demasiado bien.

Vives, con su clasificación para la final, ya ha superado las expectativas y se convierte en la segunda española finalista de esta prueba en un mundial (anteriormente lo había conseguido Mireia García en Fukuoka). Quedó fuera de concurso Eduard Lorente, en los 100 libre, mientras que el equipo 4x200, con el mallorquín Marco Rivera a la cabeza, finalizó duodécimo, quedó fuera de la final, pero se clasificó para participar en esta prueba en los próximos Juegos de Atenas.