TW
0

Roser Vives se ha convertido en la primera nadadora mallorquina que participaba en una final del Mundial de natación y sus familiares y amigos quisieron rendirle un gran homenaje a su llegada de Barcelona. Medio centenar de personas acudieron provistos de pancartas y regalos a Son Sant Joan para recibir a la deportista isleña.

Roser Vives se mostraba «satisfecha» con el octavo puesto logrado en el Mundial aunque su carácter ganador le impide ser conformista. «Cuando estás en una final siempre esperas algo más y cuando ves que a la segunda brazada ya no puedes más te entristece. De todas maneras estoy muy contenta».

Fernando Gómez-Reino, entrenador de Roser hasta que se marchara a entrenar a Barcelona, pidió mayores esfuerzos a la Federación para poder recuperar a los deportistas. La propia nadadora explicaba que «he tenido que nadar tres finales porque para llegar a esa final tuve que nadar al máximo en las eliminatorias y la semifinal». Roser Vives pidió tranquilidad para volver a lograr un hecho importante. Respecto a los Juegos Olímpicos señaló que «por el momento sólo sé que tengo que jugarme una de las dos plazas que hay con María Peláez y Mireia García».