La alcaldesa de Palma, Catalina Cirer; el regidor de Urbanisme,
Javier Rodrigo de Santos; el regidor d'Esports, Rafael Durán; y el
presidente de la Procampo (los propietarios del campo), Jeroni
Petro se reunieron para buscar la mejor solución para el futuro del
estadio, cuyas características no responden a las necesidades
actuales del Atlètic Balears.
La primera solución, que es la que más convence al Ajuntament de
Palma, sería la reforma del Estadio. Se reduciría la capacidad del
aforo para quedarse en 6.000 espectadores. El terreno de juego
sería de césped artificial, lo que permitiría a las categorías
inferiores ejercitarse en la misma instalación. Para ello se
construirían nuevos vestuarios y los jugadores del fútbol base no
tendrían que cruzar la peligrosa carretera que tienen que atravesar
después de cada entrenamiento para llegar a la caseta.
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