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La etapa de Paco Clos en el Atlètic Balears ha tocado a su fin. El club de la Vía de Cintura ha decidido prescindir de sus servicios tras poco más de un mes de trabajo y el técnico abandona el banquillo blanquiazul «decepcionado con los dirigentes del club». Pero el despido de Clos supone además el fin de un proyecto que nació empapado de ambición y que finalmente ha resultado efímero. La marcha del entrenador acarrea también la inevitable salida del que es su principal valedor y a su vez, director deportivo de la entidad, Julio Alberto Moreno.

La destitución de Clos responde sin embargo a unos de los capítulos más extraños y confusos del Atlètic en las últimos tiempos. El ex futbolista había dirigido la plantilla hasta ahora mediante un acuerdo verbal y se encontraba a la espera de que el club redactara su contrato. Ante la inexistencia del mismo, Clos advirtió a la junta directiva de que si no se normalizaba su situación dejaría el equipo a lo largo de esta semana, pero los acontecimientos se precipitaron y el conflicto estalló la noche del pasado domingo tras la derrota en casa ante la Peña Deportiva.

«Son unos sinvergüenzas que ni siquiera se atreven a dar la cara. Tras el partido me llamaron para darme ánimos y me dijeron que en la junta del lunes hablarían sobre mi contrato, pero tras la misma me comunicaron que no tenían intención de hacermelo y que podía irme cuando quisiera», relata el ex jugador. El Atlètic le busca ahora sustituto y ayer se dirigió al ex entrenador del Vilafranca, Pep Sansó, que por el momento es el mejor colocado para ocupar el puesto en el banquillo.