El italiano Sergio Scariolo, desde el banquillo, y el alero
internacional Carlos Jiménez, éste desde la pista, devolvieron a la
senda de la victoria a sus respectivos equipos, el Unicaja y el
Estudiantes, en una jornada que, nuevamente, acabó con el Tau
invicto al frente de la tabla.
El debut de Scariolo, la gran novedad junto con Larry Lewis,
también de estreno en el plantilla andaluza, sacaron al Unicaja de
la racha de derrotas en la que andaba metido frente al pujante Auna
Gran Canaria, que tuvo la victoria en la mano con un triple de
Jason Klein y acabó cayendo en la prórroga (86-81).
Carlos Jiménez emuló al técnico de Brescia, pero con cuarenta
minutos sobre la pista del Fernando Martín en el derbi entre el
Fuenlabrada y el Estudiantes, que acumulaba cuatro marcadores en
contra consecutivos.
Tan llamativa como la reacción del Unicaja y del Estudiantes
puede considerarse la victoria arrancada de Manresa por el Unelco
Tenerife, que más que un recién ascendido parece uno de los equipos
llamados a jugar la Copa.
Los tinerfeños, sextos, firmaron la primera derrota casera de la
temporada para el equipo de Ricard Casas (75-80), que cede terreno
en su constante persecución del Tau.
Los vitorianos, pese a que el lituano Arvidas Macijauskas bajó
sus excepcionales números, superaron al Caja San Fernando (72-75) y
permanecen invictos en el liderato de la ACB.
Despegue
El desliz manresano permitió colocarse segundo al Barcelona gracias
al 67-74 logrado en la cancha del Joventut, escenario del primer
enfrentamiento del técnico Aíto García Reneses contra el equipo al
que dirigió durante dieciocho años. También el Pamesa sufrió un
inoportuno frenazo en su escalada hacia los primeros puestos tras
caer en Valladolid por 80-81 bajo la ley del estadounidense Kevin
Thompson, cuya defensa ahogó muchos minutos al italo-argentino
Fabricio Oberto y al serbio Dejan Tomasevic.
El Breogán acudió al feudo del Real Madrid con la esperanza de
disfrutar tanto como el Fórum, pero dos primeros cuartos nefastos
le condenaron.
Los madridistas equilibraron sus cuentas de la mano de Roberto
Núñez, que no había disputado un solo minuto en las nueve
anteriores jornadas y, en apenas unos minutos, marcó la diferencia
con dos de los cinco triples que los gallegos encajaron en el
segundo cuarto y abrieron la senda del triunfo a los blancos
(91-81). El fin de semana tampoco favoreció al Etosa Alicante,
rebasado en casa por el Murcia (58-62), ni al Casademont Girona,
tumbado en la prórroga por el Lleida (97-99).
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