Luis Aragonés cogió a un Mallorca en números rojos, deficitario,
con unos registros enclenques y una dinámica perdedora. Su llegada
al equipo coincidió con un par de bofetadas ante Barça y Valencia,
pero ni por esas bajó los brazos. Tiró de manual y abrió su
catálogo de recursos, a medio camino entre la psicología y la
pizarra. El resultado ha sido tan espectacular como el revolcón que
ha sufrido el conjunto isleño, que ha pasado de convivir con la
miseria a pasearse entre las nubes. Ayer le bastó a los rojillos
con un par de minutos de inspiración de Campano y Etoo para tumbar
al Villarreal, que hasta ahora no había perdido en su estadio y que
acabó entregado (0-2).
El Mallorca tomó desde el inicio el mando de las operaciones.
Amparado en la movilidad de Etoo, en una presión asfixiante y en la
verticalidad de Nené,el equipo de Aragonés se movía siempre en
territorio ajeno, como si quisiera tener pronto el gobierno de la
cita. Tanto se manejaban los isleños en terreno del Villarreal que
Roger le largó un zurdazo desde su campo a Leo Franco, que tuvo que
retroceder antes de enviar el cuero a la esquina (minuto 10).
Marcos perseguía a Riquelme cada vez que el argentino trataba de
generar algo de juego, y eso cortocircuitó a los de Floro durante
la primera media hora. El Mallorca despreciaba el balón en defensa,
pero lo mimaba en el círculo central, en parte porque Campano se
asoció bien con los dos pivotes. Claro que los rojillos no iban
sobrados de pegada -a excepción de dos tiros inocuos de Nené y
Etoo- y el Villarreal notó que era el momento de cambiar la
dinámica. La aparición de Belletti y el talento de Roger guiaron a
los de Castellón, que empezaron a mirar a los ojos de Leo Franco;
primero con un servicio del catalán que José Mari estrelló en el
cuerpo del portero argentino (minuto 30) y luego con un gol anulado
a Anderson (34). Con todo, nada alteró el marcador y el equipo de
Luis se marchó al descanso esperando su opción.
Y llegó en un arranque de segundo tiempo galáctico. En apenas
nueve minutos Etoo ya había encontrado el camino tras una gran
entrega de Campano, que le metió la bola en el área chica para que
el camerunés batiera por bajo a Reina; luego, el sevillano selló el
triunfo tras combinar en la frontal con Bruggink, que acababa de
irrumpir por el partido. El Mallorca había dinamitado el encuentro
con una exhibición de talento y juego colectivo, algo que acabó por
desquiciar al Villarreal, que se sintió con pocas fuerzas para
levantarse tras el impacto del 0-2. Bruggink pudo lograr el tercero
al conectar un pase de Nené (minuto 69), y poco después al disparar
con la zurda ante la oposición de Quique Alvarez (minuto 70). Con
los levantinos suicidándose, los bermellones encontraban muchos
espacios para llegar a la meta de Reina, pero la mejor oportunidad
para alterar el simultáneo la tuvo José Mari, que estrelló la
pelota en el larguero tras un gran escorzo.
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