Toda vez que el futuro de Luis se ha solucionado con celeridad,
ahora el Mallorca le debe hincar el diente a la plantilla. La
secretaría técnica y el preparador madrileño se deberán arremangar
para tratar la continuidad o la marcha de los jugadores que acaban
contrato, desde Javier Olaizola hasta Miki Garro. Y será justo en
la última semana de actividad, porque el equipo se irá de
vacaciones después de disputar el próximo miércoles en Calvià un
partido conmemorativo del 50º aniversario del club azulado.
La SAD balear se había marcado dos objetivos prioritarios:
renovar a Luis Aragonés y negociar el futuro de los futbolistas que
acaban su vinculación con el Mallorca el próximo 30 de junio.
Cerrado el primero, ahora sobre la mesa está la continuidad de
muchos futbolistas. Sólo está claro que Vicente Fernández no
seguirá y que Marcos continuará una temporada más, pero del resto
apenas se intuye que Javier Olaizola tampoco renovará. Así, por
ejemplo, la entidad ha dejado en manos de Miquel Àngel Nadal la
decisión de seguir en activo o no. Si quiere renovar lo hará, pero
el central de Manacor sigue sin desvelar si firmará u optará por
colgar las botas.
El año pasado ya estuvo tentado por el fútbol qatarí, a pesar de
que el deseo del zaguero es el de no abandonar la Isla. Es decir, o
renueva o se retira. Un caso muy distinto es el de Javier Olaizola,
al que las lesiones le han castigado en este tramo final de su
carrera deportiva. El Mallorca quiere tratar su futuro con
delicadeza, porque se le considera un hombre muy vinculado a la
historia contemporánea del club. Desde los despachos de Son Moix se
han apresurado a explicar que tomarán una decisión basándose «en
los informes médicos», por lo que es improbable que renueve un año
más. Con todo, podría ocupar algún cargo dentro del organigrama
técnico si finalmente no continúa en activo.
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