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ADECCO ESTUDIANTES 82
FC BARCELONA 72

ADECCO ESTUDIANTES (25+24+17+16): Brewer (3), Jasen (2), Jiménez (8), Iturbe (14), Reyes (21) -cinco inicial-, Loncar (23), Azofra (5), Patterson (2), García (-) y Vidaurreta (4).

FC BARCELONA (25+14+19+14): Ilievski (7), Navarro (16), Bodiroga (12), Fucka (9), Dueñas (2) -cinco inicial-, De la Fuente (3), Grimau (10), Femerling (5) y Drejer (8).

Àrbitros: Sancha, Martín Bertrán y Pérez Pizarro. Sin eliminados.

Jorge Muñoa|MADRID

El título de la ACB continúa sin dueño gracias a la entrada en escena de Vistalegre que por fin encontró en su casa el premio y la justicia al esfuerzo que está desplegando en esta final. El equipo estudiantil encontró en las tribunas el aliento que necesitaba para volver a vaciarse contra un adversario superior en calidad y en físico, pero no en ambición. En ese terreno, los chicos de José Vicente Hernández dieron otra lección. Su inferioridad respecto al Barcelona como equipo y en capacidad atlética quedó compensada, de nuevo, gracias a las defensas alternativas y los recursos tácticos que emplearon.

La formación azulgrana capeó el primer cuarto con el terceto formado por el italo-esloveno Gregor Fucka, Juan Carlos Navarro y el esloveno Vlado Ilievski. Enfrente, el Estudiantes buscó la velocidad con un quinteto inicial de bajitos, donde Felipe Reyes ocupaba el centro de la zona acompañado por Iker Iturbe en la posición de cuatro. Ese periodo, con un alto índice de anotación -cincuenta puntos entre ambos conjuntos- terminó en tablas. Los locales, no obstante, dejaron constancia de su talante al poner en pista ajunior Adrián García a los diez minutos.

Sin embargo, El Barcelona soportaba bien la presión, aunque no por mucho tiempo. La consistencia barcelonista empezó a resquebrajarse a los dieciséis minutos (33-33). Una racha de Nikola Loncar y de Iker Iturbe desde el perímetro supuso un parcial de 14-1 (47-34) y una diferencia de diez puntos en el descanso (49-39). Bodiroga enseñó el camino del acercamiento a los suyos, aunque ayudado en gran medida por una fase de mala lectura ofensiva de los madrileños y de una defensa mucha más dura.

Pero el Barcelona, y lo ha demostrado en numerosas oportunidades, es equipo de últimos cuartos. Dicho y hecho. Drejer y De la Fuente afinaron la muñeca para apretar el parcial nada más ponerse en movimiento el balón (66-64). Ahora el momento crítico pasaba por el lado estudiantil. El final de la final o una nueva cita el viernes con el siguiente choque dependía de cómo respondiesen los locales a ese trance. La respuesta estudiantil llegó de forma rápida y oportuna y les catapultó hacia el 2-1. La final no ha terminado. Estudiantes no arroja la toalla.