Al final del entrenamiento llegó la mejor recompensa para los
muchos aficionados que se acercaron a ver a la selección gala. El
jugador del Real Madrid, Zidedine Zidane, se acercó a las gradas
para firmar autógrafos, lo que fue una verdadera locura para muchos
jóvenes que hacía días que esperaban por un momento así. También
Robert Pires, jugador de ascendencia portuguesa, y una de las
grandes «estrellas» de Francia y del Arsenal de Londres, fue uno de
los más solicitados y solícitos.
Por otra parte, Lilian Thuram jugará mañana contra Inglaterra su
partido cien con la camiseta de la selección francesa, una barrera
que sólo otros dos jugadores han superado en la centenaria historia
del equipo galo. El jugador de la Juventus podrá agregar a su
currículum la mención de «cien veces internacional», algo a lo que
sólo tenían derecho el actual capitán Marcel Desailly y su
antecesor en el cargo Didier Deschamps. Thuram franqueará la
barrera de los cien partidos con su prestigio intacto, sin que
nadie discuta su condición de titular en la defensa francesa y con
la sensación de que ha ganado galones en el grupo, pese a su
particular personalidad que no le convierte en un líder nato. Todo
lo contrario de Desailly, que con 113 partidos internacionales en
sus piernas afronta la Eurocopa de Portugal rodeado de críticas por
su mal estado de forma, atacado por su liderazgo egoísta y
cuestionado como titular en una defensa que, sin él, parece haber
recobrado la solidez de hace unos años y que suma 1.040 minutos sin
haber recibido un gol.
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