El tenis de primera línea vuelve mañana a Mallorca en una cita tan
especial como novedosa. La primera edición del Torneig Illes
Balears-Desafío Seat Altea reunirá a algunos de los jugadores con
más peso específico del circuito mundial en un escenario atípico
que ha sido adaptado a las exigencias del espectáculo.
El montaje está a punto y la playa de Santa Ponça cuenta desde
ayer con una pista, instalada sobre la misma arena, en la que esta
mañana ya se celebrarán los entrenamientos de los jugadores
participantes, así como la final de la clasificatoria de la que
saldrá el octavo jugador de la fase final.
Por otra parte, también se conoce la composición del cuadro de
enfrentamientos después del sorteo celebrado en el día de ayer.
El alemán Rainer Schuettler y el británico Greg Rusedski serán
los encargados de dar por inaugurada la competición con el primer
encuentro, mientras que el vencedor deberá cruzarse en semifinales
con el ganador del choque entre el holandés Martín Verkerk y Juan
Carlos Ferrero, que reeditarán la final de Roland Garros de 2003 y
uno de los duelos de la última eliminatoria de la Copa Davis.
En la otra parte del cuadro se concentran los representantes
locales. Por un lado, a Rafael Nadal le ha correspondido medirse al
francés Fabrice Santoro, mientras que Carlos Moyà abrirá su
concurso frente al vencedor de la fase previa. Las semifinales
podrían deparar entonces un encuentro entre los dos mallorquines en
el que los espectadores serían los grandes beneficiados.
Conviene recordar que los partidos se jugarán bajo el sistema de
tie-break -al mejor de cinco- y que ello favorecerá la dinámica de
la jornada. El espectáculo parece asegurado.
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