La plantilla del Real Mallorca continúa consumiendo jornadas entre
la nobleza a la espera de que se confirme su caída al vacío. El
equipo sigue sin levantar cabeza y el vestuario se ha convertido en
el receptor principal de las críticas de los aficionados, que les
culpan del trágico desenlace que se avecina. Ayer, el once de Cúper
siguió malgastando su munición y aunque mantuvo el tipo ante el
campeón, fue incapaz de reconciliarse con la grada y con la
victoria.
Luis García volvió a liderar el ataque de los baleares, pero en
esta ocasión no pudo perforar la meta contraria y el equipo lo
acusó. Aún así, el asturiano se mostraba satisfecho tras el
encuentro: «Hemos puesto mucha actitud y muchas ganas y además, el
público también ha apretado y nos ha ayudado muchísimo. Es de
alabar porque la situación en la que estamos es muy comprometida»,
señalaba. El atacante, que se niega a arrojar la toalla, cree que
«aún quedan muchos puntos por jugar» y que no hay que renunciar
todavía a la salvación porque «en el fútbol se han visto cosas
peores».
El máximo goleador del Mallorca prefiere seguir soñando: «¿Por
qué no?. Hoy -ayer- no hemos perdido y estamos a nueve puntos de la
permanencia. Hasta que no nos corten la cabeza no pensamos bajar
los brazos», subrayaba.
Luis García añadió que «las ganas del equipo son siempre las
mismas, pero muchas veces las cosas no salen como quieres. El
público, como ha hecho toda la temporada, ha estado sensacional.
Ver que te apoyan estando como estamos es muy complicado y se puede
ver en muy poquitos campos de España. Han estado de doce», afirmaba
el punta ovetense.
Acerca de su nuevo socio en los últimos metros, el canterano
Víctor Casadesús, Luis García apuntaba que «le he visto muy bien,
sobre todo en el primer tiempo, aunque en la segunda parte acusó el
ritmo de la categoría. Es un gran jugador que se tiene que ir
haciendo poco a poco. Hemos hecho una buena pareja y esperemos que
sirva para que el Mallorca se salve», finalizaba.
El propio Víctor también se mostró ilusionado por su estreno en
la máxima categoría, aunque reconoció lo que había destacado
anteriormente su pareja de baile: «He notado la diferencia de
categoría, sobre todo después del descanso. El ritmo de juego aquí
es mucho más alto y en ocasiones es complicado moverse entre los
defensas. He tenido varias ocasiones y en el primer minuto he
intentado controlar el cuero en el área, pero Ayala lo ha impedido.
Ahí se notan las diferencias con la Segunda B», recordaba el de
Algaida, que a su vez resaltó que la «permanencia está muy
difícil».
Esolleric Tuni declaraba que «hemos hecho lo que teníamos que
hacer y tenemos que agradecerle al público que no se haya ensañado
con los jugadores. Por cosas como esta tenemos que darlo todo en
los próximos partidos», sentenciaba.
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