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La derrota del Alcúdia en Hospitalet (86-70) y la inseguridad que genera el técnico de la plantilla profesional, Fede Pozuelo, han sido los argumentos esgrimidos por la entidad para formalizar su despido. Una decisión firme, contundente, y que la directiva ha tomado con el único fin de invertir el sino del equipo en las series de ascenso que arrancan este jueves ante el Pozuelo en tierras madrileñas. Perder el factor pista después de haberlo ostentado durante una buena parte del curso ha supuesto una enorme decepción en el seno de la entidad, cuya confianza en Fede Pozuelo se agotó en la noche del pasado viernes, cuando el fin del ciclo del preparador se podía intuir.

A todo ello se han unido una serie de fisuras ante el vestuario que, junto las malas prestaciones del equipo lejos de su centro de operaciones, han colmado la paciencia de la junta encabezada por Miquel Ramis. De esta manera, el hasta ahora segundo de Pozuelo, Eloy Doce, se hace cargo del primer equipo hasta el final de la presente temporada. Su buen conocimiento del equipo y de la categoría juegan en su favor, aunque Doce se mostró «sorprendido por la decisión. Conocía la situación, pero ahora sólo cabe mirar al frente y pensar en el primer partido de los cuartos de final». El nuevo inquilino del banquillo alcudienc se muestra ilusionado, pero a la misma vez «preocupado por cómo va a reaccionar el equipo, especialmente a nivel mental. Debemos mejorar fuera de casa y para ello vamos a ir a Madrid a ganar y a luchar por nuestras opciones de ascender».

A expensas de cerrar el finiquito con el Alcúdia, Pozuelo prefirió aparcar cualquier tipo de reacción, aunque se mostró «muy tranquilo» pese al momento que le toca vivir. La plantilla ya tiene constancia del relevo, aunque será hoy cuando se oficialice antes de la sesión de entrenamiento prevista. Por su parte, el presidente del Alcúdia, Miquel Ramis, reafirmó la decisión de la directiva, recalcando que «Eloy está preparado para asumir el reto. Cree en nuestro proyecto y es un buen trabajador». Doce ascendió al equipo a Liga EBA y esta temporada hacía las veces de segundo y era el encargado descouting de los rivales. Ramis deja claro que «si debíamos tomar una decisión de esta magnitud, era el momento adecuado. Había una expectativa deportiva y otra a nivel institucional y queremos que se cumpla. Era necesario un cambio».