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Después de encadenar diecisiete victorias consecutivas, las que ha necesitado para alzarse de forma consecutiva con los títulos en Montecarlo, Barcelona y Roma, Rafael Nadal ha decidido tomarse un respiro. El tenista manacorí, agotado tras pasarse cinco horas y catorce minutos en la final del domingo, ha preferido no jugar en el Masters Series de Hamburgo y regresar a Mallorca para descansar y preparar su asalto a Roland Garros. Tampoco va a participar en el torneo alemán Carlos Moyà, que sigue sintiendo molestias en su hombro derecho y se ha desplazado a Barcelona para someterse a un nuevo examen médico. De un plumazo, Hamburgo se ha quedado sin representación mallorquina. Nadal y Moyà partían como favoritos para alzarse con la victoria en el último Masters Series que va a disputarse sobre tierra batida, pero las circuntancias han obligado a ambos a tomar la decisión de borrarse del cuadro y tomarse un descanso. El 23 de mayo llega Roland Garros y hay que estar en la mejor forma posible.

Basta con echar un vistazo a la trayectoria de Rafael Nadal en los últimos meses para comprender que necesita un descanso. Porque desde que comenzó la gira sudamericana, en la segunda semana de febrero, apenas ha hecho otra cosa que no sea ganar. Sus cinco títulos y la final de Miami le han catapultado hasta la quinta posición del ránking ATP, pero la gran sensación del circuito profesional se ha quedado sin fuerzas. Su «calvario» comenzó en Buenos Aires el 7 de febrero. La lesión que se produjo en el tobillo el año pasado le iba a hacer llegar muy justo de puntos a la temporada de tierra batida. Tenía miedo de no entrar en los cuadros de los Masters Series de Montecarlo, Roma y Hamburgo, así que prefirió irse a jugar los torneos sudamericanos sobre arcilla antes que quedarse en Europa. En Argentina alcanzó los cuartos de final, pero perdió ante Gastón Gaudio, una derrota que entraba en los planes. El entorno confiaba en que en los dos próximos torneos (Costa Do Sauipe y Acapulco) se consiguiera un resultado similar, pero a Nadal la tercera ronda se le quedaba pequeña. Ganó en Brasil y Acapulco y pegó su primer gran salto en el ránking.

Era el 27 de febrero y se encontraba en México. Apenas 18 horas después de ganar el tercer título de su carrera -el año pasado ganó Sopot-, tenía que estar entrenando en Bratislava con el equipo español de Copa Davis. Rafael Nadal se encontraba muy cansado, pero quiso formar parte del equipo. Jugó el partido de dobles cuando la eliminatoria ante Eslovaquia ya estaba imposible y decidió tomarse un primer respiro. Pese a que el 7 de marzo comenzaba el Masters Series de Indian Wells, prefirió quedarse en Mallorca esas dos semanas y comenzar a entrenar con vistas a la llegada de la temporada de tierra batida. Con las pilas cargadas, y antes de que llegaran los torneos de arcilla, participó en el Masters Series de Miami. Allí cosechó otro de sus grandes resultados. Alcanzó la final y sólo cedió ante Roger Federer.