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Desde que Madrid decidió iniciar su carrera por los Juegos Olímpicos del año 2012, la confianza ciega de la candidatura capitalina por Palma de Mallorca fue total. La implicación de la capital mallorquina sirvió para compensar la apuesta por una subsede de vela que acumula elogios y un historial que incluso para la Comisión de Evaluación del COI y su miembro más náutico, Paul Henderson, mereció las mejores referencias. De hecho, Madrid y París exhiben los dos campos de regatas más solventes. Palma y La Rochelle gozan de una enorme tradición y son una elección ganadora dentro de ambos proyectos.

La labor del Ajuntament de Palma a la hora de implicar a los ciudadanos en la causa también ha sido calificada con buena nota por Madrid'2012. Ciutat y la capital van de la mano con un mismo objetivo, pero ser subsede de vela puede suponer culminar un largo trabajo que llevará a nuestras aguas a albergar la más importante competición de vela ligera que jamás se hubiera podido imaginar.

Dentro de esta estrategia, la bahía de Palma es el escenario, pero el epicentro de la actividad serán las instalaciones de Calanova, buque insignia de los deportes náuticos en las últimas décadas, e instalación en pleno proceso de transformación con las miras puestas en 2012, aunque indiferentemente de cuál sea el parecer del COI, la Escuela Nacional sufrirá una profunda transformación. Ha recibido todos los certificados de calidad medioambiental y cuenta con el total visto bueno del equipo encabezado por Feliciano Mayoral.