Héctor Cúper, junto a los jugadores, al fondo, en una secuencia del primer entrenamiento del Mallorca en tierras austríacas. Foto: MIQUEL ANGEL CAÑELLAS

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El Mallorca ya reposa en Kössen. El grupo de Cúper consumió ayer su primer día de concentración en el Tirol austríaco entre la preocupación por el aguacero que cayó a primera hora de la tarde y el cansancio acumulado tras las cinco horas que transcurrieron desde la facturación en el aeropuerto de Son Sant Joan hasta la llegada al Hotel Sonneck de la coqueta localidad austríaca. Y eso que el autocar del equipo evitó un monumental atasco en la autopista gracias a la sapiencia del conductor, que optó por recorrer las carreteras más reconditas del sureste de Alemania para no toparse de frente con una retención de órdago. La primera jornada de «stage» comenzó a primera hora. El estómago del vuelo AB 9721 trasladó a veintidós hombres trajeados rumbo a una concentración que se prolongará hasta el próximo día 31 con un puñado de amistosos, hasta cuatro, y un sinfín de conclusiones. Por cierto que en el mostrador de facturación los walkies echaron humo ante la sorpresa que en algunas azafatas causó el numeroso equipaje, cerca de 500 kilos de material, que acompañó el trayecto.

Antes de embarcar, el presidente del Mallorca, Vicenç Grande, quiso despedirse personalmente del cuerpo técnico y de la plantilla y desearle una pretemporada exitosa. El principal accionista de la SAD balear tiene previsto acudir unos días a Kössen «si mis obligaciones me lo permiten». Y es que en la planta noble de la entidad se trabaja a contrarreloj para satisfacer las peticiones del entrenador argentino y ponerle en bandeja un par de jugadores para terminar de amoldar el nuevo proyecto. La búsqueda de un delantero centro monopoliza todas las llamadas de la secretaría técnica. Cinco horas después de partir de Palma, la expedición abrió de nuevo las puertas del hotel Sonneck con un único destino: el comedor. Por espacio de unos sesenta minutos acallaron el estómago antes del obligado y necesario descanso de casi dos horas, mientras los ayudantes de material trabajaban a destajo para preparar el terreno.

En ese momento, del inesperado calor que recibió a la expedición en el aeropuerto de Munich, cerca de 34 grados, se pasó a una lluvia torrencial que hizo peligrar la sesión de entrenamiento. Entre los expedicionarios, varios apuntes para el recuerdo. Los canteranos Gerardo, José y Rafita saborearon especialmente el viaje y la convivencia con los mayores, aunque Rafita ya acudió hace dos años a la pretemporada de Inglaterra con Jaime Pacheco como jefe. También llamó la atención la presencia del ex futbolista Gustavo Siviero, flamante «fichaje» de Héctor Cúper para la presente temporada y que pasa a desempeñar las funciones de ayudante de campo. También las caras nuevas, Toni Prats, Fernando Navarro, Borja Fernández y «Pancho» Maciel vivieron un primer día cargado de novedades.