Antes de partir hacia Stuttgart, los pronósticos ya le situaban
como el principal favorito, pero Rafael Nadal está evidenciando
sobre la arcilla germana la tremenda superioridad que existe entre
él y el resto de jugadores cuando los torneos se disputan sobre
polvo de ladrillo. Se paseó en los tres encuentros previos a las
semifinales y ayer se deshizo sin problemas del incómodo Jarkko
Nieminen.
Rafael Nadal parece que se ha marcado un doble objetivo en
Stuttgart. Quiere sumar su octavo título del curso, pero además ha
cambiado su juego. Ante el finlandés volvió a mostrar una actitud
mucho más agresiva que la que le había caracterizado en las citas
precedentes, como si estuviera preparando su asalto a la pista
rápida estadounidense.
Su enfrentamiento ante Jarkko Nieminen apenas tuvo historia.
Nadal se anotó con facilidad la primera manga y dominaba la segunda
por 5-3. Ni siquiera le preocupó que el jugador finlandés le
rompiera el servicio -el mallorquín ha cedido muy pocas veces su
saque en Stuttgart- en el décimo juego para forzar el 5-5. Al
siguiente juego volvió a hacer break y resolvió en el decimosegundo
juego (7-5).
Las sorpresas que se han producido en el cuadro -eliminaciones
prematuras de tenistas como David Ferrer o Tommy Robredo- han
provocado que su camino hacia la final haya sido más sencillo de lo
esperado, aunque el partido de la final se espera complicado.
El rival
En la final de Stuttgart van a medirse hoy los dos últimos
ganadores de Roland Garros. Si Rafael Nadal quiere sumar su octavo
título de la temporada va a tener que superar hoy a Gastón Gaudio,
un rival al que conoce a la perfección. El argentino fue el
vencedor en París en 2004 después de superar en una agónica final a
Guillermo Coria y es uno de los dos únicos jugadores que puede
decir que ha ganado este año al mallorquín sobre tierra batida.
Nadal y Gaudio se encontraron por primera vez esta temporada en
Buenos Aires, en el primer torneo que disputaba el balear sobre
arcilla en 2005. Eran cuartos de final y el argentino consiguió
doblegarle en un partido que se decidió en el tercer set (0-6, 6-0
y 6-1). Después de esa derrota Rafael Nadal encadenó las vitorias
en Brasil y México y se volvió a encontrar con el argentino en los
cuartos de final del Masters Series de Montecarlo. La historia ya
había cambiado y el mallorquín sonrojó (6-3 y 6-0) al todavía
campeón de Roland Garros.
Fue mucho más que una victoria. A Rafael Nadal le permitió
autoconvencerse de que estaba al nivel de los mejores y además
hundió a un jugador tan temperamental como es Gastón Gaudio. El
argentino es un especialista sobre tierra batida, pero va a saltar
con la moral por los suelos. En Roland Garros ya demostró que no
está dispuesto a sufrir en una pista de tenis -«menos mal que gané
el año pasado porque no volveré a ganar aquí nunca», dijo durante
el partido que perdió ante Ferrer- y puede ver la cuesta muy
empinada cuando Nadal comience a llegar a todos los tiros que le
lance.
Hoy Rafael Nadal volverá a saltar a la pista de un modo
agresivo, aunque consciente de que no puede cometer errores no
forzados ante Gaudio.
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