Héctor Cúper recurre a sus raíces. El entrenador del Mallorca se
rodea de jugadores argentinos para sentar las bases de su nuevo
proyecto. Si en su primera etapa (97-99) rellenó el vestuario de
compatriotas, hasta ocho en dos temporadas, en el presente va
camino de reducir a cenizas esa cifra. De momento, a falta de tres
semanas para arrancar el torneo, Cúper ha recurrido a cuatro
futbolistas de su país, que unidos aGuille Pereyra y a los miembros
del cuerpo técnico, el preparador físico Juan Manuel Alfano y el
ayudante de campo y ex futbolista Gustavo Siviero, eleva a ocho el
números de argentinos que convivirán a diario en la caseta balear.
Para Héctor Cúper, el mercado argentino siempre ha sido su primer
punto de apoyo. Su primera etapa en la Isla llegó acompañado de
Carlos Angel Roa y Oscar Mena, pupilos suyos en el Atlético Lanús,
y aprobó el fichaje de Gabriel Omar Amato. Un verano después, la
nómina de argentino se dobló. Cúper taponó las bajas de Mena y
Amato, traspasados a Atlético de Madrid y Glasgow Rangers, con los
fichajes de Leo Biagini, Chupa López, Ariel Ibagaza y Gustavo
Siviero. Además, en el mercado de invierno logró la cesión de
Mauricio Pineda, uno de los mayores fiascos en la historia del club
y que regresó al Udinese tras intervenir en un par de
encuentros.
Siete años después, la historia se repite. Cuando Cúper aceptó
sustituyó a Benito Floro en noviembre del pasado año, sólo uno de
los inquilinos del vestuario balear tenía acento argentino: eGuille
Pereyra. Al ex jugador de River Plate se sumó en el mercado
invernal su compatriota Bernardo Romeo, que presentó una discreta
tarjeta a final de curso. Pero este verano la conexión argentina se
ha multiplicado. A pesar de los numerosos nombres presentados por
la secretaría técnica, Cúper ha recurrido al único mercado que
conoce, el argentino.
En apenas un mes, el Mallorca ha logrado la contratación de
cuatro jugadores argentinos. Pancho Maciel, cedido por el Murcia,
le mostró el camino a Adrián Peralta, un centrocampista zurdo que
recala en la Isla avalado por una buena campaña en Instituto de
Córdoba. En las últimas horas, la fiebre argentina ha alcanzado el
cénit. Con apenas 24 horas de diferencia llegaron a Palma Jonás
Gutiérrez, un extremo diestro campeón con Vélez Sarsfield, y
Eduardo Nicolás Tuzzio, central experimentado (31 años) de River
Plate. El primero ultimaba anoche su contratación, mientras que el
segundo ya se incorporará hoy a los entrenamientos bajo la
dirección de Héctor Raúl Cúper, su principal valedor. En la última
década, desde que el grupo balear regresó a Primera en el verano de
1997, nada menos que veintidós futbolistas argentinos con mayor o
menor fortuna han abierto la puerta del vestuario. Desde Gabriel
Omar Amato hasta Jonás Gutiérrez pasando por Oscar Mena, Carlos
Roa, Leo Biagini, Chupa López, Ariel Ibagaza, Mauricio Pineda,
Gustavo Siviero, Germán Burgos, Iván Gabrich, Leo Franco, Polo
Quinteros, Juan José Serrizuela, Cristian Díaz, Federico
Lussenhoff, Turu Flores, Guillermo Pereyra, Bernardo Romeo, Pancho
Maciel, Adrián Peralta o Eduardo Nicolás Tuzzio.
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