El Olis Sóller más políglota de todos los tiempos inicia el cuarto
asalto a la Liga Femenina con una plantilla reforzada y el cartel
de claro aspirante. No va a ser una temporada fácil, pues al margen
de los grandes, otros equipos se han reforzado y han dado un salto
de calidad en sus aspiraciones. En su cuarta singladura en la
categoría de plata, Miquel Ballester sigue al frente de un
vestuario cargado de talento y que tiene en su libro de ruta el
ascenso como única meta.
El Casal de Ca'n Dulce de la Vall fue un año más escenario de la
presentación de las jugadoras, un acto que contó con la presencia
de todos los efectivos, a excepción de Nina Bärlin y Lonneke
Yntema, concentradas con las selecciones sueca y holandesa,
respectivamente. Los entrenamientos se iniciaron el pasado jueves
en Es Puig, una instalación que ha sufrido una serie de
modificaciones antes de que las chicas de Ballester den el salto al
nuevo pabellón de Son Angelats.
La gran atracción fueron las nuevas incorporaciones que el
cuadro solleric ha concretado a lo largo del verano. La pívot
estadounidense Danielle Hutcheson será la torre del Olis Sóller, y
tendrá a una compañera de lujo a su lado. La mejicana Erika Gómez,
una de las interiores más resolutivas de la Liga Femenina 2, ha
apostado fuerte por el proyecto balear y será una de las estrellas
de la competición. Nina Bärlin, la teórica base titular, no será la
única cara nueva en esa posición. Cris Odriozola llega del CTEIB y
junto a Marta Díez y la uno sueca asumirá la dirección del cuadro
de Es Puig.
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