A Cúper nunca le ha gustado demasiado los personalismos ni los
piropos. El entrenador del Mallorca se siente incómodo cuando el
entorno monopoliza su atención en un futbolista o se habla de
euforias por haber ganado un partido. El técnico argentino prefiere
hablar de colectivo, de trabajo en bloque. La actuación de Juan
Arango ante la Real Sociedad le ha empujado a todas las portadas, a
todas las emisoras, ha aglutinado una porción notable en las
televisiones...
La Arangomanía se ha instalado en una Isla huérfana de iconos
tras la marcha de Etoo. A Cúper le preocupa que esa avalancha
mediática pueda arrasar con el venezolano, un tipo frío e
introvertido: «Es el Arango de siempre, que ha marcado tres goles,
uno de ellos extraordinario, pero me preocupa que a un jugador se
le ponga tan alto en el pedestal. De repente, lo queremos convertir
en el líder de todo, que tiene que llevar el equipo, pero es mucho
para un solo futbolista. Arango es un gran jugador, no tengo
ninguna duda, que juega bien en todos los puestos y mí me gustaría
que fuese una especie de comodín. Que incluso pudiera jugar en el
lateral izquierdo si es necesario», apuntó Cúper.
A Arango ya se le ha señalado como el sucesor de Etoo: «Hay
jugadores que no quieren ser líderes, depende de las personalidades
y hablando de Arango, está en condiciones de ser todo, líder,
también, pero debe elegirlo él. El otro día dijo en una entrevista
que el equipo era el líder», sentenció.
El hecho de que el Getafe comande la Liga no le preocupa
especialmente al técnico: «Que sea líder no le hace ni mucho mejor
ni mucho peor. Nosotros tenemos que analizar que hay un buen equipo
delante y nada más. Tiene su mérito estar ahí, ojalá yo tuviera
esos puntos».
El triunfo del pasado sábado ha servido para calmar el entorno:
«Con ese resultado todo el mundo se tranquiliza y nos da paz. No
estábamos tan preocupados como el entorno. No siempre encontraremos
la posibilidad de marcar cuatro o cinco goles en un partido, pero
ese es el camino». El técnico isleño no se siente especialmente
presionado porque «siempre he tenido presión» y apunta que un
entrenador debe estar vacunado contra la crítica: «Tiene que tener
un antídoto porque sabe que hay momentos complicados y, en otros,
le llueven las rosas».
Cúper es partidario de echar arena al fuego encendido por los
cinco goles ante la Real Sociedad: «Los primeros tres puntos
levantan el ánimo, pero yo intento bajar esa euforia. El equipo
jugó muy bien a ratos, pero hubo veinte minutos bastante malos. Hay
que mantener la calma».
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