Fernando, que rodó a una media de 215,4 kilómetros a la hora,
firmó la octava pole de su sobresaliente carrera en Fórmula Uno y
arrancará desde la primera posición en la carrera brasileña, que se
disputará a las dos de la tarde (las siete en España).
Lo hará con la seguridad propia de los grandes campeones y con
dos circunstancias que hablan más aún a su favor: el finlandés Kimi
Raikkonen (McLaren Mercedes) sale desde la tercera fila; y
Giancarlo Fisichella, el compañero italiano de Alonso, que hoy
logró un brillante tercer puesto, lo hará desde la segunda, justo
por delante del nórdico, en la segunda hilera.
Ehombre de hielo, que salió a pista el último en la
calificación, dada su condición de ganador del último Gran Premio,
el de Bélgica, se derritió después de la impecable vuelta del
genial piloto asturiano, que lo hizo el antepenúltimo. Y cometió un
fallo antes de afrontar incluso la primera curva del circuito, al
que mañana está previsto que se den 71 vueltas, en sentido inverso
a las agujas del reloj.
Kimi bloqueó los frenos de su McLaren y no pudo pasar del quinto
puesto. Resultado: nueva bola del campeonato para Alonso, que
podría resolver con un 'ace' si además se apunta una nueva victoria
en Brasil, donde nunca antes se había decidido un título de Fórmula
Uno.
Novedades
Para ello dispondrá de un monoplaza con evoluciones en motor y
aerodinámica que lo haría más que posible, si no llueve a mares o
sucede algo realmente extraño. Y de un talento del que, a estas
alturas, sólo dudan los más cretinos.
Fernando ya había sido el más rápido en la primera sesión libre
de la jornada, en la que dio siete vueltas, en la mejor de las
cuáles marcó un crono de un minuto, doce segundos y 738 milésimas,
51 menos que Fisichella, que giró nueve veces.
Montoya (1:13.050) y Raikkonen (1:13.088), marcaron el tercer y
el cuarto tiempo en esa sesión.
En el último entrenamiento libre, Kimi dio once vueltas y fue el
más rápido (1:11.929), pero Alonso -que giró trece veces- volvió a
causar una grata impresión y se quedó a 181 milésimas del tiempo
del finlandés.
Alonso está a un paso de firmar una de los capítulos más
brillantes de toda la historia del deporte español y de la propia
Fórmula Uno. Y con Fisichella también podría dar, en el mejor de
los casos, un paso importante para defender el liderato en el
Mundial de constructores, que también lidera el equipo de Flavio
Briatore, uno de los tipos más listos del circo del gran motor.
Plusmarquista de juventud en subir al podio, salir desde la pole
(ambas en Malasia'03), marcar la vuelta rápida en carrera
(Canadá'03) y en ganar un Gran Premio (el de Hungría, también en
2003), mañana podría añadir el récord más importante: ser el piloto
más joven en ganar el Mundial de la categoría reina.
Fernando tendría tiempo hasta el final de la próxima temporada.
Pero podría situar el listón, mañana mismo, en 24 años, un mes y 27
días exactos. Hace 33 temporadas, el brasileño Emerson Fittipaldi,
nacido en Sao Paulo, se convirtió en el más joven en ganar el
Mundial a los 25 años, ocho meses y 28 días. Alonso está a sólo
unas horas de protagonizar para España un hito histórico, único,
extraordinario. En Brasil fue tercero hace dos años y cuarto el año
pasado, tras firmar un nuevo carrerón en el que, con un monoplaza
muy tocado, concluyó cuarto y aseguró la cuarta plaza en el pasado
Mundial. Si no pasa nada raro, España celebrará mañana mismo la
consecución de su primer título Mundial de Fórmula Uno. Algo
impensable hace sólo cinco años.
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