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El Mallorca intentará atajar el domingo su particular proceso de descomposición. Con el equipo arrinconado en el fondo de la tabla y las baterías a pleno rendimiento después de quince días sin partidos oficiales, la plantilla rojilla va a recoger el hilo del campeonato en un encuentro que el vestuario se ha apresurado en calificar de «final».

El duelo ante el Racing puede suponer además la primera gran revolución de la temporada en la libreta de Cúper, ya que está previsto que reaparezcan tres hombres teoricamente básicos en el proyecto. El único problema que le queda por resolver ahora al técnico es la búsqueda de un relevo de garantías para el argentino Adrián Peralta, al que un cólico renal le ha apartado del once como mínimo hasta la próxima semana.

A pesar de que las posibilidades del técnico se han multiplicado de cara al choque ante los de Manolo Preciado, Cúper no lo va a tener fácil para encajar todas las piezas de su puzzle, ya que la falta de efectivos le ha impedido maniobrar con total libertad a lo largo de la semana. Ayer el equipo volvió a ejercitarse en la ciudad deportiva Antonio Asensio, pero las ausencias de los internacionales -Moyà, Potenza, Okubo y Arango- condicionaron en exceso la sesión de trabajo. Aún así, el de Chabas pudo comprobar la evolución de sus hombres en un pequeño partidillo entre dos equipos formados por nueve futbolistas y se apreciaron algunas cosas interesantes, aunque ninguna de ellas puede ser tomada aún como definitiva. Para empezar, Víctor y Choutos podrían ganar en protagonismo y oxigenar la línea atacante, mientras que Tuzzio está ansioso por exhibir sus galones y podría disponer de su primera oportunidad en el fútbol español en detrimento de Ballesteros.