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El Real Mallorca se va reencontrar esta tarde con su torneo favorito. El conjunto que dirige Héctor Cúper realizará un pequeño paréntesis en su andadura liguera para volver a una competición en la que históricamente se ha movido con comodidad, pero que últimamente le ha sido esquiva en su fase más prematura. En su primer cara a cara, el grupo isleño va a tener que lidiar con un Alcoyano ansioso de protagonismo, que amenaza con atajar la progresión rojilla y con reabrir una crisis que se ha suavizado después del empate ante el Racing (Estadio El Collao, 20.00 horas, Punt 2).

La escuadra balear llegó ayer a la ciudad alicantina de Alcoy con la misión de recuperar su rango en la competición del KO para a su vez, quemar una nueva etapa en su línea ascendente. Han pasado casi dos años y medio desde que Nadal y Soler levantaran en Elche el trofeo que acreditaba al Mallorca como campeón de la edición del 2003 y desde entonces apenas han vuelto a producirse las buenas noticias en este apartado. La culpa de ello ha sido siempre de rivales teóricamente inferiores -Levante (2003-04) y Lanzarote (2004-05)- y eso ha provocado que la confianza se quede aparcada en el interior del vestuario.

Nadie se fía de este tipo de encuentros que generalmente resultan imprevisibles y nadie se atreve a pronosticar un triunfo cómodo porque a pesar de que las diferencias entre unos y otros siguen siendo siderales, el hecho de jugárselo todo en noventa minutos reduce muchísimo el margen de maniobra y la condición de local suele jugar un papel decisivo en el desenlace de las eliminatorias.