El entrenador del Mallorca, Héctor Cúper, durante una comparecencia de prensa. Fotos: MONSERRAT

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«No es un problema de dinero ni de nada. Si el presidente considera que la cuestión económica es un obstáculo para que yo me vaya, me lo tiene que plantear en la cara y ya está». En las vísperas de una jornada de Liga, de un partido que puede marcar el rumbo del destino, Héctor Cúper miró de frente a su futuro. Sin esquivar ninguna pregunta, sin dar rodeos en sus respuestas, el entrenador del Mallorca dedicó una porción notable de su comparecencia a hablar de su futuro, de su delicada situación en el banquillo isleño después de los bofetones recibidos la semana pasada en Alcoy y Villarreal y de una hipotética destitución.

«Mi sensación es que mi futuro no depende de uno o dos partidos, sino de si hay confianza o no. Sé que la confianza no es ilimitada, aunque yo pienso que hasta diciembre el equipo va a ir remontando. Ahora bien, seguir en el puesto no depende solamente de mí. El presidente ya ha hablado y no voy a repetir lo que ha dicho. Está claro que si no hay mejoría, él o yo podemos tomar una decisión».

El técnico argentino también abrió su libro cuando le preguntaron por la calificación de «Dios futbolístico» que acuñó en su día Vicenç Grande y que reitera en estos días cargados de nubarrones: «Evidentemente no lo soy. Él tiene mucha confianza en mí, en que esto lo tenemos que resolver, que sacar adelante. Pero hay que ver el costo que tiene esto, a veces se puede pagar y otras no. El presidente ya tiene la respuesta. Sabe que no hay un problema de cláusula ni de nada. Si él considera que ese es el obstáculo para que yo me vaya, me lo tiene que plantear a la cara y no habrá ningún problema».