En plena tormenta, con el agua inundando los camarotes y el
salvavidas en la mano, el Mallorca se examina hoy en Son Moix en un
partido al límite. De esos sin margen para el error. El grupo de
Cúper es último, acumula seis partidos oficiales sin ganar y su
portería no deja de achicar agua. Ya es el equipo más goleado de la
Liga con un promedio sonrojante. Quizás a más de un aficionado le
pille la cita de esta noche con el pie cambiado. Entre que el
partido se juega en medio de las jornadas ocho y nueve aunque
corresponde a la undécima y que en las últimas horas el debate gira
en torno al futuro de Cúper, el encuentro ha quedado relegado al
último plano de la actualidad.
Cada movimiento del Mallorca va a ser escrutado de forma
especial por una hinchada irritada que apenas le va a conceder un
margen de error. Una derrota ante el Celta, que visita Son Moix
cómodamente instalado en la segunda plaza del torneo, puede sacudir
con dureza el proyecto a pesar de las buenas palabras de unos y
otros (Son Moix, 20.00 horas).
No es una situación cómoda para el Mallorca y hasta Fernando
Vázquez se ha apresurado a presionar aún más al equipo isleño. Los
de Cúper llegan muy tocados al partido ante el Celta porque la
humillación en Alcoy y la goleada en Villarreal han abierto todos
los interrogantes. El Mallorca anda buscando la fórmula y su
técnico sigue insistiendo en el trabajo y en la unión. El grupo
balear tiene la perentoria necesidad de mejorar sus prestaciones y
de ganar al Celta, porque de lo contrario todo se va a enredar aún
más.
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