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Han bastado ocho jornadas para que el Palma Aqua Mágica haya dejado claro a todos cuáles son sus intenciones. Lo que era una trayectoria ejemplar se ha transformado en un sólido liderato del que sólo el León les logró descolgar. Un balance de 7-1 y un baloncesto convincente les han convertido en los mejores de la clase, los inquilinos de la zona noble de la clasificación.

Por sus manos han pasado algunos de los ilustres de la LEB. Murcia, Lleida, Huelva e incluso el León, el único que les ha podido tumbar merced a una prórroga y a la calidad de una plantilla por encima del resto, ya conocen las armas del cuadro de Eloy Doce, cuya dinámica desde que aterrizó en el primer equipo resulta inmejorable. Sólo tres derrotas le contemplan en un total de dieciséis partidos oficiales. Curiosamente, el que supuso su debut en Pozuelo y la final ante el Hospitalet, un partido intrascendente, toda vez que el ascenso ya se había sellado a costa del Burgos. Doce ya no es un desconocido en la liga y ha hecho de su equipo un punto de referencia.

La disciplina y profesionalidad del plantel y la férrea labor defensiva que el técnico asturiano les ha inculcado son algunas de las claves del éxito. Porque no se puede definir de otra manera. Battle, Miller y Johnson conforman una de las mejores apuestas estadounidenses de la categoría. El primero ya levanta de sus asientos a la hinchada a base de mates y tapones. Su futuro está en la ACB, pero con el Palma tiene una clara misión. La misma que Shalawn Miller. Le ha costado entonarse, pero en las últimas jornadas ya a dejado ver por qué se le firmó.